Matando nubes, así se llama el título de este artículo y que por algunas razones vosotros os preguntaréis a que me estoy refiriendo.
En las películas se ven muchas ideas buenas y la mayoría absurdas de cómo evoluciona la tecnología para hacernos la vida más “cómoda” y libre de preocupaciones, sobre todo en películas de un futuro lejano.
Futuro lejano que para la ciencia de hoy algunas de esas ideas ya son posibles como alterar el clima para hacer que llueva en algunos lugares y en otros no. De eso trata este artículo.
Como siempre, vamos por partes y no hay nada mejor que primero crear y después destruir.
Para manipular el clima primero se hace una siembra de nubes, que no es más que el intento de cambiar la cantidad o el tipo de precipitación que cae de las nubes, es decir, no se crean nubes de la nada, sino que mediante la dispersión de sustancias en el aire hace que se alteren los procesos microfísicos de dentro de la nube.
Con esto se consigue aumentar la lluvia y la nieve o disminuir la niebla y el granizo.
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