Cuando Harold I Harefoot (Patas de liebre) heredó de su padre, el conquistador danés Canuto el Grande, la corona de Inglaterra en 1035, los herederos del rey de los anglos, Eduardo y Alfredo, hijos de Etereldo II, vivían exiliados en la corte de Guillermo, duque de Normandía.
El príncipe Alfredo regresó a Canterbury con una pequeña fuerza militar pero fue apresado junto con su comitiva después de una fiesta celebrada en su honor en el palacio del conde de Wessex (localidad de moda a causa de la serie "Vikingos"). Fue enviado a Londres, ante el rey Harold I, junto a los principales de su séquito, y allí el monarca dio muerte a la escolta de Alfredo, y a éste lo cegó y devolvió con vida, aunque murió en el camino hacia Ely, con el fin de amedrentar a su hermano Eduardo. Tras el fallecimiento de Harold I ascendió al trono su hermano Canuto Hardeknut, que también lo era de Eduardo, por parte materna. Hardeknut dejó el camino libre a Eduardo para que lo sucediera en 1043. Al morir Eduardo en 1066, Harold Godwinson se ciñó la corona. Guillermo II de Normandía, invocando derechos sucesorios, se rebeló contra la usurpación de Harold II, cruzó el Canal con su ejército, derrotó y dio muerte a Harold y se coronó rey de Inglaterra (1066-1087).
Esto es lo que yo llamo una monarquía tranquila, ¡glubs!
Sello de Guillermo I de Inglaterra, más conocido como Guillermo el Conquistador. En el anverso aparece como caballero montado y duque de Normandía, y en el reverso se muestra sentado en el trono con la leyenda Rex Anglorum.