FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: GREEN CARD
AÑO: 1990
PAÍS: E.E.U.U.
DIRECTOR: PETER WEIR
GUIÓN: PETER WEIR
MÚSICA: HANS ZIMMER
ACTORES PROTAGONISTAS: GERARD DEPARDIEU, ANDIE MACDOWELL
PREMIOS: NOMINADA AL OSCAR MEJOR GUIÓN ORIGINAL, 1990
DOS GLOBOS DE ORO-1990
NOMINADA BAFTA, MEJOR GUIÓN ORIGINAL
GENERO: COMEDIA
SINOPSIS
George Fauré es un francés franco, bonachón y un poco tosco para la remilgada y exquisita Bronte. El quiere conseguir el permiso de residencia para poder trabajar en Estados Unidos, Bronte amante de la botánica, no puede alquilar un apartamento con un impresionante invernadero, por no estar casada, de acuerdo con las condiciones impuestas por la casera.
Deciden por tanto llevar a cabo un matrimonio de conveniencia.Es una película divertida, sobre todo las escenas previas a la llegada de los funcionarios de inmigración a la casa de Bronte, para comprobar que se trata de un pareja consolidada y no un simple fraude.
Atrapa por el amor apasionado que siente George por Bronte, a pesar del rechazo inicial de ésta última, sin embargo la escena final es apoteósica, cuando finalmente Bronte se lanza en los brazos de George.
SOBRE la inmigración, hay diferentes motivos para abandonar el propio país e instalarse en un nuevo destino, pero aquel que tiene su causa en una desigual distribución de la renta a escala global, está protagonizado por personas cuya entrada en el país se produce por los escalones más bajos de la sociedad, sufriendo por ello y de forma encadenada todas las formas de exclusión, desde la laboral con trabajos de escasa cualificación y alta precariedad y siniestralidad, a la exclusión social en su sentido más amplio por causa de los bajos salarios conseguidos, todo ello unido en muchas ocasiones a los fenómenos de la xenofobia y del racismo.
En la película la relación que Bronte establece con Georges está dominada por los prejuicios imperantes sobre los inmigrantes y sobre la inmigración, considera insoportable y por ello no se da permiso para amar a una persona que es extranjera en primer lugar y en segundo lugar que no ha conseguido un puesto de trabajo que le permita obtener el permiso de residencia y que por ello debe entrar en el juego de la ilegalidad , convirtiéndose ella misma en cómplice del fraude, en esa resistencia por dejarse llevar, desarrolla todo el esquema de pensamiento típico integrado por los prejuicios más manidos acerca de estas personas: es un fracasado, es un paria, no ha sido capaz de encauzar su vida, sólo cuando consigue ver al ser humano, único, que tiene enfrente le será posible borrar la etiqueta.