Matt Fraction y la Fundación Futuro

El chiste empieza así: los Cuatro Fantásticos se van de vacaciones y chantajean a Scott Lang para vigilar su casa.

Spoiler: las cosas no van bien.

¿QUÉ ACABO DE COGER DE LA ESTANTERÍA?

El otro día cogí la Fundación Futuro de Matt Fraction para gastar un descuento de mi tienda de cómics y porque me la habían recomendado hasta la saciedad. Nunca he sido muy fan de los Cuatro Fantásticos. Es una opinión completamente irracional, por supuesto no he leído ni de cerca lo suficiente para formarme una opinión sobre esa colección. Tampoco soy muy fan de Scott Lang, así que ¡sorpresa! Me estaban recomendando algo con todos los ingredientes para usarlo para equilibrar la mesa del salón.

Una pequeña introducción:

Matt Fraction sigue los pasos de Hickman en la Fundación Futuro y, en paralelo, con la colección principal de los Cuatro Fantásticos. Durante dieciséis números, Fraction, acompañado en el dibujo por Mike Allred, envía a Reed Richards y compañía de viaje interdimensional y deja a un equipo completamente nuevo al cargo de la Fundación. El equipo estará compuesto por un Scott Lang (el segundo Hombre Hormiga) recomponiéndose de una tragedia familiar, Jennifer Walters (Hulka), Medusa (Reina de los Inhumanos) y Darla Deering (Señora Cosa y estrella del pop).

Y aquí la no tan sorpresa, para mí es una recomendación instantánea.

Se trata de una historia de humor y de aventuras, sorprendentemente adulta en algunos aspectos bajo su apariencia caricaturesca y un sentido del humor ácido y extravagante que está presente en todos los trabajos de Fraction, pero que resalta especialmente en un trabajo de este tipo.

Fundación Futuro es una locura (en el buen sentido) de principio a fin.

FRACTION Y EL PACTO CON EL LECTOR

Seguramente no es lo primero que conoceréis de Matt Fraction. Ahora mismo Hawkeye es una de las series más reconocidas del mercado y (en mi opinión) la que realmente le ha hecho resaltar dentro del mundillo Marvel, a pesar de haberse encargado de series principales como X-Men o Iron Man en los últimos años.

¿Por qué, entonces, quiero señalar la Fundación Futuro de entre la multitud de trabajos que Fraction ha tomado en los últimos años? La respuesta para mí está, como en muchas otras colecciones, en la primera página.

Nos presentan esta colección seis paneles de Franklin y Valeria Richards poniendo muecas y hablando de la Fundación Futuro. El estilo es muy similar a lo que Allred ya hiciera en su momento con X-Statix. Sencillo, pero muy expresivo, y acompañado de colores vivos (a cargo de Laura Allred).

En tan sólo seis paneles, tanto el estilo de dibujo como el estilo narrativo dejan claro cuál es el tono que puedes esperar de esta colección.

El pacto con el lector es inmediato, lo es en cualquier historia que esté bien presentada. La primera página te pregunta claramente si vas entrar en el juego que Fraction te plantea. Si te quedas, encontrarás exactamente lo que te vende: un tipo muy específico de humor y de historia. Esto no es del gusto de todo el mundo; la narrativa en los cómics ha evolucionado muchísimo en las últimas décadas y he conocido una gran cantidad de lectores que cogen una nueva colección esperando cosas muy diferentes de las que encontrarían en Fundación Futuro.

La estrategia comercial que Marvel lleva ahora mismo sigue esta línea en cuanto a autores y a colecciones que se separan de la uniformidad del mercado. Hay una oleada de autores que ya venían haciéndose un hueco en la industria pero que parecen brillar ahora más que nunca. Son autores con estilos muy específicos y que, dándoles carta blanca, dotan a las colecciones de una marca muy personal que suele pertenecer a trabajos independientes más que a una editorial como Marvel.

Fundación Futuro, a pesar de servir como acompañante a una historia más grande (la que Fraction lleva al mismo tiempo en Cuatro Fantásticos) se centra en historias casi domésticas y en los conflictos personales de sus personajes, tanto adultos como del elenco de alumnos de la Fundación, a los que se incorporan otros personajes como Luna (la hija de Crystal y Mercurio) o el hijo del Hombre Imposible.

POR QUÉ DEBERÍAIS LEERLA

No voy a mentir, este es el tipo de historia que me compra de entrada.

Disfruto como una enana el humor rozando lo absurdo de Fraction y las historias sin pretensiones tanto como el space opera (fantasía épica, al fin y al cabo), o el género negro que pueda tener el Alias de Bendis. Para mí tienen parte fundamental de lo que me atrajo a los superhéroes en su momento, con sus elementos ridículos y sus mallas de colores.

A su favor juega el ser una colección ligera y entrañable, muy divertida y que puedes leer tanto si eres asiduo a los eventos de Marvel o si estás comenzando.

Medusa y Susan comparten consejos de maternidad

Los personajes quedan perfilados desde el principio, cada uno con su conflicto personal, tanto los adultos como los niños, pero los pequeños llaman especialmente la atención. En este aspecto creo que destacan sobre todo los Moloides, Adolf y Bentley 23, pero todos los niños tienen su dosis de protagonismo a lo largo de los dieciséis números.

A esto también hay que añadirle una ristra de personajes secundarios hilarantes y cameos estelares, al igual que el hecho de que la colección toca con toda naturalidad conceptos que no se ven tan a menudo en cómics y menos en colecciones principales (no entraré en detalles en este aspecto por aquello de los spoilers).

En su contra juega algo que también tiene su lado bueno, y es que se trata de una serie que se mueve gracias a las motivaciones de sus personajes. Quizá debido a esto puede dejar la impresión de que el argumento que no tiene relación directa con la Fundación queda descolgado. Los últimos números se vuelven algo confusos y apresurados, y en mi opinión la motivación de Scott Lang se resuelve con demasiada facilidad. Parece intentar resolver una trama que se le queda un poco grande para la temática que lleva durante la gran parte de su recorrido.

Se trata, como comentaba, de un juego en el que tienes que entrar. Se ríe de sí misma hasta la saciedad y coge elementos ya establecidos en el universo Marvel para satirizarlos (en algún caso parodiarlos) hasta donde encuentra el límite (y para algunos estoy segura de que lo sobrepasa).

Esta colección no es del gusto de todos y no está exenta de fallos, pero en mi opinión se trata de dieciséis números completamente recomendables y una tarde con la que pasar un muy buen rato.