Llegado a Chile muy pronto Amster destacó en el rubro tipográfico en donde su buen hacer, profesionalidad y capacidad le pronto permitieron renovar este algo lánguido arte entonces.
Fue maestro, académico universitario y su nombre está recordado además en un premio que honra el buen hacer bibliográfico: el premio Amster-Coré. Además de su aspecto tipográfico, también era buen dibujante, y lo demostró en varias portadas que muestran un aspecto más bien minimalista, pero que luce muy bien y es apropiado al texto.
Mostramos aquí cuatro ejemplos de su buen hacer, todas expresiones muy distintas pero todas con el virtuosismo que siempre lo caracterizó que no echó mano nada más que al talento contenido en claras líneas, y apropiados tipos de letras e ilustraciones.Del año 1956 para el sello Nascimiento un trabajo para la novela de recuerdos de infancia del chileno Gonzalez Vera “Cuando era muchacho”. Luego dos trabajos del mismo año (1964) para la editorial Zig-Zag, ambos trabajos de escritores europeos. Y finalmente una muestra de su quehacer tipográfico e ilustrativo con la Colección Curiosa America, interesante trabajo de la Universidad de Chile rescatando obras de los siglos pretéritos como el exhibido aquí y que inauguró la colección.En Internet se pueden encontrar muy interesantes aportes sobre su vida, incluyendo testimonios de quienes vivieron y trabajaron con él, y que recomendamos a los interesados en conocer más de este interesante artista.