Aunque se diga que la acción es una protesta contra la subida de tarifas del metro, la podemos encuadrar en el calentamiento de motores de cara a las movilizaciones de mayo. Es lo que en marketing online se llama hype. Ignoro si en el marketing analógico, rancio y caduco también se le llama así. El caso es que se pretende una curva ascendente que aproveche dinámicas virales, etc. Vamos, todo lo contrario a la política de comunicación del gobierno.
La gente se está organizando por la red para volver a acampar, para emprender nuevas acciones de sabotaje y de resistencia pacífica. Hay una suerte de imitación del modelo griego de protesta, empleando la técnica de ensayo-error. Me resulta una incógnita mayor, saber si las fuerzas de seguridad han aprendido algo en el último año, sobre todo en lo que se refiere a imagen pública. La próxima será una batalla de imágenes. La única vía efectiva para que
Como digo, la gente se organiza por la red y hay algunas cosas interesantes. ¿Os acordáis los problemas que daban en las asambleas decidir todo por consenso? Pues al diablo con el consenso. Ahora hay tres tipos de votos: de acuerdo, en desacuerdo y en desacuerdo pero sin bloqueo. Cosa que conociendo la dinámica de grupos hace que los minidictadores lo tengan fácil.
Otra cosa interesante es que en cuanto a aquello que criticaban señores con corbata en la tele, la carencia de un programa, ahora sí podemos ver efectivamente cómo se implementa ese programa (aquí una aproximación) tras el acuerdo de gobierno entre socialistas y comunistas en Andaluzuela. El tema de los portavoces, otra crítica recibida por los del 15M, sigue sin estar resuelto.
Más cosas: la jornada aquella del 15 de octubre salió regular, pero la "vanguardia revolucionaria" tejió hilos de contacto a nivel internacional que me imagino que serán explotados y por tanto habrá una cierta coordinación a este nivel. No sé si con la subida de tasas universitarias se buscará imitar un modelo chileno de juerga en la calle (*_*), pero no lo descarto.
En general, lo que se pretende, a mi entender, es que el 99% deje de ser algo elitista y se comunique con la gente más quemada: CIEs, desahuciados, etc. Es muy curioso porque, el campamento de Sol, fue deshecho precisamente por la presencia de gente que sí lo pasa mal de verdad: punkis, mendigos, locos,... A estos les tiran de un pie los highlights del 99% patrio. Vete tú a decirle a un punki que hay que poner panales de abejas urbanos, o explícale a uno que habla con Raticulín cómo mejorará su vida si se pone a plantar patatas en el Retiro. Es más, el propio movimiento americano de Occupy Wall Street, se fue al tacho por excesivos casos de tráfico de drogas y abusos sexuales.
¿Corre algo sustancial por debajo? Nada. Más allá del programa que ya hace Izquierda Unida, las extravagantes propuestas que se debaten sólo llegan al manido discurso antidesarrollo, anticapitalista, anticlerical y antigoldmansachs; no existe, por tanto, algo que cree más allá de la destrucción previa de lo creado. Por lo tanto, los principios últimos del movimiento, sus cimientos, están construidos con chicles y alambres.