Revista Economía

Mayoria desastrosa

Publicado el 18 diciembre 2013 por Torrens

El lunes 16 me ocurrió algo curioso, que me tiene preocupado. Estaba pedaleando en el Club Natació Barcelona y viendo por TV “Els Matins” un programa matinal de debate de TV3, que está bien porque normalmente los tertulianos tienen buen nivel. En el debate del lunes el panel tenía un nuevo miembro, una señora bastante joven, alta y delgada que no había visto nunca y que no sabía quién era. 

Me gustan mucho las novelas de Sherlock Holmes y creo que las he leído todas, pero mi capacidad de deducción está muy lejos de la del famoso detective. A pesar de ello solo con oírla y a pesar de que no mencionó su afiliación política y de que la señora no tiene un ladrillo por cerebro sino que lo tiene bien amueblado y no dice las asnadas que su jefa suelta diariamente, deduje que era del PP, y en cuanto llegué a casa lo confirmé por internet. Se trata de Esperanza García, hasta el 2010 número 2 de Ciutadans en Barcelona y que aquel año se pasó al PP.

Deduje que era del PP por su actitud y comportamiento. De entrada la pose, que creo que los del PP deben tener patentada, que exterioriza su convicción de estar en posesión total y excluyente de la verdad absoluta, con toda una gama de mohines, gestos, ruidos, frases cortas etc., en cuanto alguien hace un comentario que no encaja totalmente con la doctrina de Dn. José Maria. Sin llegar al insulto, pero deteniéndose cerca de él, discutía con una especial agresividad, haciendo comentarios que sugerían descalificación o desprecio hacia sus interlocutores. A Jordi Barbeta, periodista cuyos artículos leo con frecuencia en La Vanguardia, mientras estaba respondiendo a una intervención de la Sra. García le espetó “que te pongan un atril” y en más de una ocasión llegó a poner nervioso a Barbeta y a los demás tertulianos, aunque todos ellos demostraron suficiente control como para no estallar con sus provocaciones.  He dicho que me dejó preocupado porque esa facilidad para identificarlos probablemente significa que ya estoy hasta la coronilla de soportarlos.

Y es que así es el PP. Nunca me han gustado las mayorías absolutas, sean del partido que sean, y sea en el Parlamento que sea, pero esta es de las peores, sino la peor.

Cuando ganaron las elecciones por mayoría absoluta muchos comentaristas vieron en la nueva situación una gran ventaja, porque le permitía al gobierno poner en marcha las reformas necesarias y exigidas por Bruselas sin oposición, y probablemente estas buenas perspectivas se habrían confirmado de haber sido el PP algo menos autoritario, por no decir dictatorial, y si las medidas económicas propuestas por Bruselas no hubiesen sido las que llevan décadas y décadas impulsadas por el FMI, fracasando y extendiendo la pobreza y la miseria por el mundo, y que por primera vez, los estúpidos europeos, les dejan actuar sin mandarlos a paseo antes de completar el desastre como había ocurrido siempre hasta ahora. En economía la austeridad que no se combina con medidas contra la recesión es suicida, un suicidio que el FMI siempre ha aplicado mientras les han dejado actuar.

Pero el gobierno de Mariano Rajoy ha utilizado su fuerza, que encima se la hemos dado nosotros, para situar absolutamente toda la carga de las reformas sobre la ciudadanía, ni se les ha pasado por la cabeza la inevitable y urgentísima reforma del desastre de la Administración Pública, y encima sí que han aprovechado su dictadura ¡huy perdón!, mayoría absoluta, y a fondo, para afianzar todavía más los mecanismos que utiliza la Oligarquía para sacar el máximo jugo a la ciudadanía, defendiendo a la banca, y sobre todo a los banqueros, a los que no solo no mandan a la cárcel sino que los sacan de ella cuando un juez se descontrola y cumple con su obligación, mantienen la vergonzosa e inmensa remuneración de gestores bancarios públicos y privados que han hundido las finanzas del país y los ahorros de millones de españoles, modifican la desastrosa Ley que regula la energía eléctrica para que las compañías que prestan peor servicio de toda Europa a uno de los niveles de precio más elevados del continente y de paso obtienen uno de los niveles más elevados de beneficios, de una forma u otra se aseguren el cobro de la deuda del déficit tarifario que José María Aznar les regaló graciosamente, ahora que ya no pueden seguir haciéndolo aplicando aumentos bestias de tarifas sin que todo chirríe, cargándose de paso, porque les hacen la competencia, las mismas energías alternativas para las que en Alemania han puesto en marcha planes con el objetivo que entre el 2030 y el 2050 sean la principal fuente de energía, apoyan, en fin, empresas de autopistas que las han amortizado varias veces, y que cuando se equivocan en sus cálculos en autopistas cercanas a la capital, el agujero se rellena con el dinero que debería ser de todos porque entre todos lo pagamos, y otras maravillas del mismo estilo.

Estos días me he acordado, hasta el extremo que la podría dibujar, si no fuese un dibujante desastroso, de una portada de La Codorniz de hace muchos años, algo así como mediados los 60, pero de significado totalmente actual, en que se veía un trabajador sudando con pico y pala, y encima suyo habían dos individuos, sobre los que habían tres individuos más, sobre los que habían cuatro, y así hasta crear una inmensa pirámide invertida de individuos apoyados sobre las espaldas del trabajador. Los individuos de la pirámide estaban caracterizados como altos funcionarios, magistrados, jefes militares y policiales, banqueros y otras gentes de mal vivir. Creo que esta portada de la fantástica La Codorniz refleja exactamente el tipo de reformas que ha llevado a cabo el gobierno Rajoy, cargando todo el peso sobre el trabajador sin ahorrarle ni ahorrarnos coches y aviones VIP oficiales, elevados sueldos de miles de altos funcionarios y banqueros perfectamente prescindibles, y miles de millones que en otros conceptos de la Administración nos podríamos ahorrar sin que la economía del país se resintiese, mejorándola sustancialmente y evitando muchos de los sacrificios que la ciudadanía ha tenido que soportar.

Encima tienen la desfachatez de echar prácticamente toda la culpa de lo ocurrido a las CCAA, donde si es cierto que se han cometido muchas barbaridades y los corruptos se han manejado a sus anchas, pero ni más ni menos sino igual que en la Administración Central desde donde ahora se critica lo mal que lo han hecho las CCAA, a pesar de que al menos buena parte de las CCAA llevan ya varios años recortando gastos a lo bestia mientras la Administración central todavía se permite miles de millones en gastos superfluos.

El PP es el gran especialista en engaños y mentiras. No es el único que las practica, lo hacen todos, pero ninguno con la intensidad, la frecuencia y la naturalidad del PP. Hace poco aprobaron en el Parlamento la Ley referida a la transparencia, otra Ley española perfectamente inútil porque para ser transparente no hacen falta leyes sino ganas de serlo, y el mismo partido que gobierna al tiempo que presentaba la brillante Ley, hacía desaparecer miles de Gigabytes de sus ordenadores poniendo en práctica el principio de que aquello que no existe no necesita ser transparente.

Ahora plantean otra tomadura de pelo: una Ley, dicen, que acabará con la corrupción, y eso lo dicen unos señores que en su plan de ocupación del Estado empezaron por apoderarse del Poder Judicial y como consecuencia nuestra Constitución ya no dice lo que está escrito en el texto sino lo que dice el PP, que han puesto en libertad banqueros mandados a prisión por jueces que han sido rápidamente depurados y ahora amenazan a los jueces que pretenden documentar la estafa de la ampliación de capital de Bankia con balances auditados manipulados, con acciones ante ese Tribunal Constitucional que tienen a sus órdenes. Es decir el mundo a la inversa, los que deben defender la Constitución y la ciudadanía ayudando a los que nos estafan. Pero tranquilos porque don Mariano y doña Soraya lo solucionarán con dos patadas de BOE. De chiste, malo y negro por supuesto. Hasta que no devuelvan su independencia al Poder Judicial todo lo que haga el PP en relación con la corrupción será una inmensa tomadura de pelo.

Por si gobernar un país pasando olímpicamente de la ciudadanía no fuese suficiente, el Sr. Rajoy está manejando el asunto Catalunya con la parte de su cuerpo que apoya en la silla al sentarse. Con toda la razón, en un acto del último fin de semana, Jonqueras le dio las más expresivas gracias por regalarle tanto independentista, porque es de bien nacidos ser agradecidos.

En mi última nota mencioné un artículo de The Economist  que pegaba un buen repaso a la absurda actitud de Rajoy, y el pasado domingo fue el Financial Times el que hizo algo parecido con un texto que refleja desconcierto por la forma en que se está desarrollando un asunto que FT no considera ni imposible ni extremadamente difícil de solucionar.

En el artículo se hacen algunas afirmaciones interesantes, con las que estoy de acuerdo. Sobre la pregunta y sobre Artur Mas dicen primero que la forma en que está hecha la pregunta contiene los ingredientes de la solución al problema, si Rajoy hace algo, claro. Y sobre Artur Mas dicen que más que liderar a su pueblo, es su pueblo el que le marca el camino, con lo que demuestran que entienden el problema catalán mucho mejor desde Londres que desde Madrid y el PP. Afirman que el sistema salido de la transición a la democracia se desarrollo con la suficiente flexibilidad para encajar a Catalunya sin problemas hasta que el partido del Sr. Rajoy se cargó el invento. Es decir, otros que consideran, sin mencionarlo, a José Maria Aznar como principal responsable del problema, aunque sea con matices. En mi nota del 17 de octubre pasado opinaba que Aznar es el gran responsable por el acoso a Catalunya que inició después de ganar en el 2000 sus primeras elecciones por mayoría absoluta mientras FT establece como fecha más importante del proceso la del fallo del Tribunal Constitucional del 2010, pero vienen a decir lo mismo, ellos se refieren al estallido final y yo al día en que empezó el plan para acabar con la autonomía de Catalunya. Por cierto, su descripción del mencionado fallo es casi denigrante calificándolo de absurdo e injusto, y de paso califican al Tribunal Constitucional como una de las “Spain’s rickety institutions in need of reform”, que se traduce como una de las desvencijadas o raquíticas instituciones españolas que necesitan reformarse. Casi nada.

Pero está claro que por más sugerencias que reciban Rajoy y el PP van a seguir con su política yugoslava de la rendición incondicional. Tenemos lo que nos merecemos, y como para probarlo mi librero me ha dicho hoy que si quiero el libro del año se lo diga cuanto antes porque hace pocas semanas que salió y ya se está agotando la tercera edición. Se refería a las reflexiones? de Belén Esteban. Nuestros ciudadanos leen poco, y encima cuando lo hacen….


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