Revista Cultura y Ocio

Mayte Esteban. "Doce horas"

Publicado el 01 julio 2020 por Juancarlos53

Emotivas doce horas vividas durante un día de confinamiento por los vecinos de un edificio. Se tocan muchos aspectos de lo ocurrido durante el encierro, en especial a los trabajadores hospitalarios (médicos y enfermeras, principalmente), pero también a policías, trabajadores de supermercados, autónomos de hostelería, estudiantes, niños, ancianos...

La escritora La escritora Mayte EstebanMayte Esteban (Guadalajara, 1970). Graduada en 1994 en Geografía e Historia por la Universidad de Alcalá de Henares. Su primera incursión en el mundo literario llega en 2008 con el Certamen de Cuentos y Narraciones Breves Ciudad de Cantalejo, donde obtuvo el segundo premio con el relato “La vida en papel”. Al año siguiente ganó el certamen con el relato “El reflejo”, basado en la pintura de Velázquez “La Venus del espejo”. En 2010, autoeditó sus dos primeras novelas escritas “Su chico de alquiler” y “La arena del reloj”, y tras la irrupción de Amazon en España publicó también la novela juvenil “El medallón de la magia” en dicha plataforma. Su siguiente novela “Detrás del cristal” fue editada y publicada por Ediciones B-Vergara tras el éxito de público y ventas obtenido en Amazon. Fue reconocida con el Premio RNR a la mejor novela sentimental 2013 y nominada a los premios DAMA 2014. En diciembre de 2014, vio la luz “Brianda, el origen del medallón”, novela juvenil publicada en Amazon, que da por finalizada la bilogía fantástica empezada en con El medallón de la magia.“La chica de las fotos”, su sexta novela, ha sido editada y publicada por Editorial Harper Collins Ibérica y ha sido finalista en el premio internacional de novela HQÑ 2015. También en HQÑ apareció en 2017 “Puntos suspensivos” y en 2019 “Comer y amar todo es empezar”.
(información tomada de https://escaparateliterario.com/mayteesteban/)
La autora, que suele ser ubicada en la tendencia narrativa de novela romántico-erótica, sorprendió en 2019 con “La colina del almendro”, ambientada durante la Primera Guerra Mundial y que al decir de muchos de sus reseñistas es una auténtica gozada leerla. Ya por último en este 2020 presentó "Doce horas", la novelita que aquí comento publicada también por HQÑ y que fue ofrecida sin coste alguno durante el mes de mayo en Amazon en versión digital.
La novela
En ella domina el tono feelgood, que en castellano bien podría denominarse como 'buen rollito'. No hay ninguna voz crítica que se alce, siquiera medianamente molesta, contra el decreto limitador de movimientos. Todo está bien. Sí, fallece alguien, pero es un anciano. Todos los demás sucedidos son positivos: los estudiantes se enamoran; la pareja que esperaba un hijo y vivía con zozobra la gestación la superan con éxito; la dueña de la cafetería ahogada por los pagos y la falta de ingresos ve cómo la casera le perdona la renta; la abuela se reencuentra con sus nietos y su yerno que la cuidan y le tienen, amorosamente, prohibido comer churros aunque a ella le encantan; en el hospital un enfermo se ha curado y es desconectado del respirador que hasta entonces precisaba...
Todo es muy bonito y, hablo en serio, ha conseguido humedecerme el lagrimal, emocionarme. Pero una vez cerrado el libro, echo en falta en él una versión más real de lo vivido (y que aún estamos viviendo). Como me decía el otro día mi hijo en España por lo visto en las televisiones se diría que la enfermedad ha sucedido -está sucediendo- como con guante de seda: no se ven ni se han visto imágenes duras de la realidad de lo ocurrido y las pocas que se han mostrado han sido objeto de crítica por eso de que no convenía desmoralizar. Los informativos sólo hablaban de fiestas en los balcones, procesiones mofas de la Semana Santa, bailes e incumplimientos en algunas calles, playas con mucha gente, bares o fiestas clandestinas, ciudadanos que paseaban muñecos de peluche... En fin, un ambiente de cierta simpatía, de gente pícara, gente vividora... que intentaba escapar de la norma gubernamental. Pero lo grueso: dolor, estancias interminables en hospitales, soledad, fallecimientos, enterramientos o cremaciones en soledad, etc., como que se ha escondido. Y no quiero hablar de la bronca entre políticos por un quítame aquí estos muertos. Terrible.
Mayte Esteban. En cuanto a la manera de escribir he de decir que con mucho agrado se lee a Mayte Esteban pues su pluma fluye ágil sobre la página. Los personajes que dibuja son seres normales, cualquiera de nosotros podría ser uno de ellos, con lo que la identificación del lector es fácil. Tenemos  a Sofía y Claudia, dos amigas veinteañeras, que comparten confidencias para así sobrellevar mejor el confinamiento; a Miguel, un policía a punto de ser padre que por seguridad no puede acercarse a su mujer, Ana, hasta que nazca su hija; a Asunción, una abuelita viuda que vive sola aunque está muy en contacto con su familia; a Rosario, inquilina de Asunción, y que regenta una cafetería en el barrio; a María Jesús, enfermera de UCI; a Adrián, cuyo padre está en el hospital aunque parece que abandonará la UCI en breve...
La acción se inicia a las 20:00 horas, las ocho de la tarde, cuando los confinados salíamos a balcones y ventanas para aplaudir el esfuerzo realizado por quienes estaban en primera línea en la lucha contra el COVID19 y de paso animarnos los unos a los otros para así sobrellevar mejor el obligado y necesario encierro. Finaliza a las 8:10 del día siguiente cuando María Jesús, enfermera de UCI, regresa a casa tras la agotadora jornada laboral y entra en la habitación de su hijo que según le cuenta su marido está inquieto ante los cambios operados en sus rutinas: papá no sale ya a trabajar, su madre duerme de día y él desde hace unas semanas no va al colegio ni puede salir a jugar.
Las doce horas discurren ordenadamente en forma de breves capítulos. Les precede uno titulado como el libro que da paso a esas doce horas de un día cualquiera del confinamiento en Madrid. Tras los once siguientes protagonizados por unos u otros personajes de este edificio de vecindad hay una especie de epílogo de título "Otra vez la vida" que viene a ser una llamada de ánimo y un soplo de optimismo que ayude a soportar el estricto confinamiento decretado. Esperemos que estos buenos deseos finalmente y de manera definitiva se hagan realidad y vuelva la vieja normalidad. ¿O deberemos de acostumbrarnos a la incómoda nueva normalidad en la que ahora estamos instalados?
ConclusiónEste libro de Mayte Esteban, que me ha agradado sobre todo por haberme descubierto a una buena escritora que desconocía, presenta en mi opinión sólo ese lado 'buenista', que afortunadamente sí ha existido, pero obvia de una manera para mí excesiva la otra parte del asunto: la tragedia verdadera de lo que ha ocurrido y que aún está sobrevolando nuestras cabezas.
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Nota:Mayte Esteban. Así como hubo -y hay- una tendencia narrativa surgida a raíz de la crisis económica de 2008, entiendo que la pandemia del Coronavirus ocasionará una corriente o dirección que con atrevimiento etiqueto en esta entrada como 'COVID19'. Si se afianza o no, el tiempo lo dirá. Lo que es cierto es que la conmoción provocada por el antipático virus es tal que difícil será que su impacto no deje huella literaria. Desde luego el relato de Mayte Esteban  así como la infinidad de Diarios de la Pandemia o del Confinamiento o del Encierro o como quiera que quien los escribía decidiera llamarlos es inmensa. Yo mismo he echado al respecto mi cuarto a espadas y en mi otro blog que llamo "Reflexiones" y subtitulo como 'El otro blog de Juan Carlos' durante las trece semanas que duró el Estado de Alarma realicé algo así como una especie de serial con entrega semanal de sus episodios que llamé 'temporadas'. Invito a quien quiera leerlos a hacerlo; tan sólo tiene que entrar en "Reflexiones" haciendo clic en el nombre anterior. 

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