Ese individuo que tanto nos afecta con su comportamiento y actitud puede ser el maestro perfecto que necesitábamos para practicar la paciencia, la tolerancia, la comprensión, para vernos reflejados en su actuación o para mostrarnos los sentimientos y los pensamientos que escondemos y que se alborotan en nosotros en un momento, porque siguen ahí, guardados y pendientes por resolver.
Cuando estamos atentos a reconocer las reacciones que tenemos, podemos saber cuáles son nuestros verdaderos motivos, porque, a pesar de que muchas veces hacemos culpables a los otros del malestar que nos causan con su presencia, actitud y comportamiento, si no tuviésemos esas emociones en nosotros, no podríamos reaccionar como lo hacemos.
En lugar de vivir peleados contra el mundo, deberíamos encontrar las raíces de nuestro malestar para sacarlas a través de la aceptación y el perdón y sustituirlas por nuevos y mejores sentimientos y pensamientos.
La próxima vez que te sientas alterado por la actitud de otra persona, pregúntate qué es realmente lo que te hace sentir… y tal vez te descubras el recuerdo que fue la causa real de tu malestar.
Muchas veces son las diferencias las que no permiten complementar nuestras habilidades, cualidades y talentos para funcionar como un equipo bien conformado, que nos impulse a conseguir las metas o los sueños que nos hemos planteado.
Claves para conseguirlo
Resiste tu reacción. La mayoría de las veces nos dejamos llevar por las emociones al momento de reaccionar negativamente. Te sugiero que la próxima vez te tomes un par de minutos para pensar en cuál es la mejor manera de actuar en ese momento, recuerda que eres un ser humano racional, y piensa que la otra persona pudiera estar alterada o mal informada. Tranquilízala y mantén tu la calma.
Escucha con atención. Piensa que es posible que la otra persona tenga parte de la razón, trata de ponerte en su lugar para poder tomar una decisión justa, nada te da derecho para agredir a otro, ni siquiera el tener la razón. En caso de que no puedan ponerse de acuerdo, busquen a un tercero que les ayude a resolver la situación.
Acepta a las personas como son. No quieras cambiar el comportamiento y la actitud de los demás. Acéptalos con sus cualidades y limitaciones, centra tu atención en la afinidad y en las semejanzas que puedes tener con ellos.
Maytte Sepulveda. Escritora Master.
Comunicadora social con más de 20 años llevando mensajes de esperanza, cambio y mejoramiento. Articulista y presentadora del programa “Hola Maytte” transmitido por Casa Club TV. Tiene cinco libros publicados http://maytte.com/
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