Las proezas del TP Mazembe no se detienen. El equipo congoleño, que el pasado sábado había eliminado al Pachuca mexicano, derroto 2-0 al Internacional de Porto Alegre en la primera semifinal del Mundial de Clubes que se disputa en la bellísima ciudad de Abú Dhabi y accedió a la final del certamen, en la que enfrentará el próximo domingo al Inter de Milan o al Seognam coreano.
Voluntarioso y contundente, el cuadro africano –el primero de este continente que disputará un encuentro decisivo en esta competencia- mostró la consistencia que no tuvo un equipo brasileño que fue incapaz de refrendar todo lo bueno que había mostrado en la Copa Libertadores que tan brillantemente obtuvo a mediados de este año.
Inteligente para ocupar los espacios, el sorprendente Mazembe maniató al Inter. Lo presionó constantemente y aunque abusó de las infracciones, jamás perdió la compostura.
D’ Dalessandro y Tinga, activos en un comienzo, fueron perdiendo claridad e incómodos, pudieron hacer poco para hacer pesar su jerarquía individual. Lo mismo ocurrió con un Rabel Sobis desacertado de cara al arco rival –perdió tres chances clarísimas, dos de ellas bien desactivadas por Muteba Lidiaba, figura excluyente del encuentro-.
El Inter acusó la falta de movilidad de sus futbolistas y conforme al paso del tiempo fue perdiendo la precisión requerida en estos casos, en los que la creatividad para romper líneas bien juntas no debe surgir solo de a ratos.
En ofensiva, no fue mucho lo que hizo el Mazembe, más que intentar recuperar en tres cuartos y sorprender a su rival de contragolpe, con velocísimos arranques de Dioko Kaluyikuta, quien no necesitó de demasiada compania para complicar a Indio y Bolivar.
El golazo marcado por Mulota Kabangu, a los siete minutos del complemento, expuso aun más las licencias otorgadas por los centrales brasileños, carentes de reacción para impedir la media vuelta y el posterior disparo a colocar del futbolista congoleño.
La desventaja exacerbó los nervios de un Inter con iniciativa pero sin chispa, al que ayudó en algo el dilatado ingreso de Guliano (se perdió el empate, mano a mano con el arquero). Roth apostó por el hábil mediocampista –clave en la obtención del cetro continental- , pero lo hizo demasiado tarde, privándolo de un tiempo prudencial para cambiar las cosas.
Expuesto y desordenado, Inter buscó la igualdad con desesperación y lo terminó pagando. Kaluyikuta le puso el broche a su actuación y a falta de cinco minutos para el final venció la resistencia de Renán con un tiro fortísimo y rasante.
No hubo tiempo para más. Solo para observar las caras de frustración de los miles de torcedores gauchos y el festejo animado de los todopoderosos jugadores del Mazembe. Así se los conoce, mucho más tras este histórico batacazo.
Los goles del encuentro: