Después de tantos años funcionando en México, la franquicia de McDonald’s (una de las
principales del Valle de México) ubicada al final de Presidente Masaryk, hacia el poniente, cruzando las vías del ferrocarril y pasando por abajo del nuevo puente que lleva a Palmas, para llegar a ella ya sobre lo que es el Periférico (Boulevard Manuel Ávila Camacho) -para efectos prácticos, en la Colonia Irrigación-, es vergüenza para la marca, en muchos sentidos. Entre ellos: Un tiempo exagerado para entregar un par de hamburguesas que supuestamente son el lanzamiento de la temporada (Club House); el cobrarle al cliente EL PASO POR EL DRIVE THRU! haciendo que pague para salir del área
de estacionamiento, como si fuese un extraño que llegase a hacer uso del mismo (situación absurda pues aun como cliente que llegara a consumir en el Piso del restaurante, el estacionamiento debería ser gratuito, pero en este caso, se convierte en una exigencia extraña e injusta pues quien va al Drive Thru es obligado a pagar un derecho de peaje para poder salir!!!); el surrealismo total aparece cuando después de haber pagado el boleto de “estacionamiento” en la caja, el código no le funciona y no puede uno salir después de haberlo metido en la caja para boletos de la pluma de salida.

Pero la falla mayor, volvería a mandar a Ray Kroc a su tumba, si se levantara y saliera de ella para ir a checar la dichosa sucursal de McDonald’s. Ray, el mayor impulsor del crecimiento de McDonald’s, ya como concepto de franquicia, era extremadamente


Calificación de Police Gourmet (del 1 al 10): 4
NOTA.- Mi hija y yo tenemos criterios diferentes respecto a muchas cosas, de modo que no
COMENTARIOS DE MI HIJA, LA MENOR (es adolescente):
Teniendo hambre, nos dirigimos a una de las sucursales del legendario McDonald’s. De todas las cosas que puedan ocurrir en una cadena tan importante de hamburguesas como McDonald’s, lo que menos te imaginas que pueda ocurrir es que los empleados se hagan bolas y no sepan ni para dónde mirar. Siendo tantos, eso ya no es cuestión de exceso de gente, sino de estupidez. Los que




y se dejó así bajo el sol durante 5 días, y la carne de sus hamburguesas rebotaba entre los demás ingredientes -aun estando entre todo lo demás que aparte estaba entre dos panes- mientras íbamos camino a casa para comerlas.
Si preferimos ir a comer hamburguesas a otro lado, o de plano, ir a comer otra cosa, es su culpa, luego no se quejen cuando nos vean adentro de otra cadena de hamburguesas.
Y tengan cuidado, porque con un poco menos de esfuerzo, consiguen que hasta Ronald McDonald vaya y se siente enfrente de un Carl’s Jr.!
Calificación (del 1 al 10): 3

