" !Si no existiera perturbación, esta piedra seguiría en su trayectoria hasta perderse de vista! ".
A continuación recoge otra piedra del suelo, la ata a una cuerda, y empieza a darle vueltas. Es entonces cuando la luz de las estrellas y la luna dibujan la silueta de un ganador. Ahí está, observando cómo la piedra da vueltas y vueltas asida a la cuerda. "Ja, ja, ja, ja......."
" Si no existiera esta cuerda, el impulso inicial que comunico a la piedra, por el Principio de Inercia, haría que ésta siguiera una trayectoria rectilínea. Si sigue una trayectoria circular quiere decir que la fuerza perpendicular que hago con la cuerda la desvía un poco.....y así....y así...y así...es decir, con la fuerza perpendicular que aplico, consigo que el movimiento de la piedra sea !cir-cu-lar!"
Empieza a clarear, está nervioso, destemplado, ¿por qué a los demás no les ocurren estas cosas?. Ha descubierto que para mantener a la piedra dando vueltas, únicamente hace falta una fuerza radial, !y no una tangencial! (precisamente la que mantiene a los planetas dando vueltas).
En nuestras vidas es poco probable que podamos mantenernos aislados; además, nos sentimos mejor con un grupo de personas que nos "arropen". Si además logramos tener "algo de control" sobre ellas, todavía mejor; no se sabe muy bien por qué ocurre esto (debe de ser un Principio), pero así es en bastantes casos.
Ahora nos preguntamos: ¿quien lo consigue?. Las personas que escuchan a los demás. Escuchar a los demás significa proporcionarles un impulso inicial, y después mantenerlos en movimiento circular, tensando y destensando la escucha activa.
Si aplicamos este proceso:
- Proyectamos respeto.
- Construimos relaciones.
- Aumentamos nuestros conocimientos.
- Generaramos ideas.
- Incrementamos la confianza que los demás tienen en nosotros.
- Ayudamos a los demás y a nosotros mismos.
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El comportamiento humano y las leyes de la fisica