“Me noto la cabeza más ligera, eso es que estoy un poquito estresado”. Las personas con estrés pueden sufrir pérdida de masa cerebral

Imagen: bohemiaydisparates.blogspot.com

Llevo un estrés arriba que ni les cuento. Está terminando agosto y se supone que en septiembre cojo vacaciones. Digo se supone porque con esto de la crisis y con las medidas casi semanales que ponen en marcha el Gobierno no sé si voy a llegar a tiempo ya que muchos dicen que Mariano Rajoy y su equipo, como ya han disfrutado de su descanso, tienen pensado eliminar las vacaciones o que éstas no se paguen.

Pues claro, entre esto y que tengo planificado un viaje alrededor del mundo como el que hiciera Phileas Fogg para ganar una apuesta, me he generado un estrés que está influyendo en mi cerebro porque noto como mis neuronas bailan reggaetón dentro de mi cabeza. Sobre todo tras leer en la revista Nature Medicine, y como recogen en Europa Press, que el estrés o la depresión contribuyen a la pérdida de masa cerebral.

El equipo de investigadores, liderados por científicos de la Universidad de Yale asegura que existe un interruptor genético que desencadena la pérdida de conexiones cerebrales en los seres humanos, es por ello que el estrés provoca una pérdida en el cerebro humano de sinapsis (palabra que nada tiene que ver con el escrito o resumen general de una obra o tema en particular).

Por lo que tras leer este interesante estudio, ahora entiendo esas frases que siempre se han usado y que no tenían base empírica alguna como: eres un descabezado; es ligera de cascos; tiene cerebro de mosquito o el insulto estrella “cabeza de chorlito” (aunque nunca llegáramos a conocer al animalito en cuestión) siempre tuvieron un nexo común. Esas personas a las que se les lleva siglos faltando el respeto, estaban estresadas.

En mi caso, por el estrés que llevo encima de los hombros, no sólo he perdido masa cerebral, sinapsis, actor, director y demás, sino que también he convertido mi cabeza en el primer coco hueco del mundo y muchos museos esperan que estire la pata para conseguir mi preciado cráneo y enseñarle al mundo que en la Tierra habitó una vez un ser humano con la cabeza hueca y éste nunca…se dedicó a la política.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…

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