Revista En Femenino

Me Perdono Por…

Publicado el 17 marzo 2011 por Camilaypunto

Ese sentimiento en la boca del estómago que nos invade cuando no podemos hacer todo lo que queremos o necesitamos Y ser madres perfectas al mismo tiempo se llama: ¡sentimiento de culpa! Como sufrimos las madres de este mal… Que alce la mano la que no lo haya sentido.

Es una sensación que me asalta constantemente por muchos motivos: que si no soy una madre tipo Martha Stewart que es una experta cociendo, tejiendo, limpiando, que hace todo a mano, que no tiene una sola mancha en su casa. O que no tengo una carrera súper exitosa en la que soy una profesional bien reconocida e importante o que no tengo el cuerpo perfecto y no me visto a la última moda. En fin,  hay tantos estándares por los que me mido constantemente que son ridículamente altos e imposibles de alcanzar y que por ende me causan culpa que hoy he decidido simplemente darme un descanso y perdonarme por esas cosas que no puedo ni debería querer alcanzar.

Hoy me perdono por:

  • Gritar ocasionalmente: hay momentos en los que he reaccionado incorrectamente, en los que una palabra amable seguramente hubiera funcionado mejor que un grito pero somos humanos y a veces es bueno simplemente GRITAR lo que necesitamos.  Me perdono por no siempre tener el control.
  • No mantenerme en contacto con las personas que amo: Odio el teléfono. Quien me conoce sabe que rara vez llamo a alguien. Mi papá, mis hermanos, mis amigos se quejan y yo me siento culpable PERO no les llamo. Quizá deba tratar un mensaje de texto o un correo electrónico. Me perdono por no usar el teléfono.
  • Poner mi trabajo antes que mis hijos: Hay momentos en los que me encierro en el basement con mi computador e ignoro las necesidades de mis hijas o no las escucho porque tengo que terminar algún proyecto y luego me siento fatal por no haber estado 100% ahí cuando me necesitaban.  Me perdono por hacer de mi trabajo la prioridad.
  • Poner mis hijos antes que mi trabajo: Cuantas veces he dejado un proyecto al lado para escuchar las historias de Natalia, ver el último logro de Isabella, llevarlas de paseo o de compras. Luego me siento fatal porque sé que tengo un proyecto que terminar, un cliente esperando.  Me perdono por hacer de mis hijos la prioridad.
  • Por no planchar la ropa de Oscar a tiempo: se pone una camisa diferente todos los días, tiene más de 30 y se acumulan… Me atormenta pero muchas veces no tengo tiempo de plancharlas y el pobre termina planchando la camisa antes de irse a trabajar y me siento fatal porque es mi labor que tenga camisas planchadas en su closet. Me perdono por no planchar.
  • Usar el televisor como medio de distracción: Cuantas veces le he pedido a Natalia que vea televisión un ratico mientras acabo esto o aquello y ahora he dejado a Isabella 10 o 15 minutos viendo Baby Eistein mientras arreglo la cocina y luego pienso que no deberían ver televisión. Deberían estar haciendo algo productivo o educativo. Me perdono por usar el televisor como una niñera.
  • No querer jugar: no tengo dos años no quiero jugar constantemente, no quiero ver videos de adolescentes en YouTube todo el día y no quiero tener sexo todos los días. Muchas veces no quiero hacer lo que Natalia, Isabella y Oscar quieren y me siento fatal. Me perdono por decirle que NO a mi familia.
  • No tener una casa inmaculada: por todo el polvo, maleza, plantas muertas, crema de dientes en el lavamanos y el espejo, la comida en el suelo de la cocina, la alfombra sucia, la ropa sin doblar, la mugre detrás de la nevera, los pantalones y camisas con rotos y sin botones, las medias nonas, los zapatos sucios o pequeños. Me perdono por no ser perfecta.

Me perdono por todas estas cosas y las cientos de más que me atormentan todo el día. Y punto…

Y tú, ¿por qué te perdonas?

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog