Desde tiempos remotos son conocidos los movimientos de las aves, desde las Sagradas Escrituras, y desde los 3000 a.c. el hombre utilizaba la orientación de las Palomas mensajeras, existiendo monedas Mesopotámicas que ilustran esto desde el 4500 a.c.
Fue Aristóteles el primero en afirmar que el movimiento de las aves era incentivado por el invierno reaccionando al frío para desplazarse hacia zonas mas cálidas. Recién en el Siglo XVI se logró entender este desplazamiento estacional.
Son migratorias unas 4000 especies de aves del total de 10000 que habitan el planeta, y es sabido que cuando las aves son jóvenes o también cuando su edad es avanzada deciden permanecer en un lugar, este es el caso de este Churrinche joven, el que se armó de coraje y decidió quedarse por estas latitudes para soportar las bajas temperaturas, quizás si Dios quiere y el clima no es tan sufrido, en la próxima primavera volverá a juntarse con los de su especie cuando vuelvan para los pagos del Sur.
La foto la obtuve en la Reserva Arroyo Itá unos días atrás.
Churrinche y Tártago, combinación perfecta para mi gusto, todo hace juego, una paleta perfecta de colores complementarios.