Revista Cultura y Ocio

Me siento afortunado… y agradecido

Publicado el 16 junio 2014 por Benjamín Recacha García @brecacha

 

Valle de Pineta

Mi querido Valle de Pineta, con el Monte Perdido al fondo.   Foto: Benjamín Recacha

Llevaba mucho tiempo pensando en la presentación de El viaje de Pau en Bielsa. Sabía que las jornadas conmemorativas de La Bolsa, el episodio de la Guerra Civil que marcó el fin de la resistencia republicana en Aragón y del que hoy, 15 de junio, se cumplen 76 años, eran el marco ideal para dar a conocer mi primera novela, aunque ya lleve cerca de un año a la venta en aquella parte del Pirineo. Sabía que contaría con una audiencia predispuesta a que le gustase lo que tenía que explicar, pero la verdad es que no tenía ni idea de cuánta gente acudiría. Nunca perderé la perspectiva de que soy un desconocido en el mundo literario, así que nadie tiene la obligación de interesarse por lo que hago, ni puedo reprocharlo. En el momento en que pierda esa perspectiva estaré condenado a la frustración (y lo hago extensible a cualquier autor independiente). Así que emprendí el viaje con esperanza pero también con cierta inquietud. ¿Y si al final éramos cuatro gatos? 

Presentación de El viaje de Pau en Bielsa

La sala de actos del Ayuntamiento se llenó para la presentación.   Foto: Lucía Pastor

Pues no, no fuimos cuatro gatos. La sala de actos del Ayuntamiento de Bielsa se llenó de un público que durante todo el fin de semana ha participado de forma entusiasta en los actos programados, incluida, por supuesto, la presentación de mi novela. Así que si el viernes me sentía afortunado, desde el sábado por la tarde me siento inmensamente agradecido a los belsetanes y a la familia de la Asociación Sobrarbense La Bolsa por haberme escuchado con interés, y doblemente agradecido a quienes tuvieron el detalle de comprar mi libro, que no fueron pocos. Qué maravillosa sensación deja escribir las dedicatorias.

Pero empecemos por el principio. Llegamos a Bielsa a la hora de la cena, acompañados por mi primo José María, miembro como yo del club ‘Pineta es el paraíso en la tierra’, y su familia. Era la hora también del debut de la selección española en el Mundial de Brasil, y aunque a mí el fútbol me da bastante igual, vimos el partido mientras cenábamos. Apuesto a que en los hogares españoles esa noche hubo muchas indigestiones. Es que ya ni ‘la roja’ nos da alegrías, oye.

Bielsa

Qué familia tan maja, ¿verdad?

Antes de acostarnos dimos un paseo para encontrarnos con mis padres —culpables de que considere aquella tierra mi segundo hogar por descubrírmela cuando tenía seis añitos—, que se habían adelantado un día. Si la cosa iba muy mal en la presentación, por lo menos tendría a unos cuantos familiares para consolarme.

Jornadas La Bolsa de Bielsa 2014

Homenaje a las víctimas de La Bolsa de Bielsa.   Foto: Carlos Migliaccio

El sábado amaneció radiante. El grueso de los actos de las jornadas sobre La Bolsa se desarrollaban ese día. Nosotros participaríamos a mediodía en el homenaje a las víctimas de la guerra: los milicianos republicanos que combatieron el fascismo enrolados en la 43 División y los civiles que cayeron bajo los bombardeos de la aviación franquista., además de todos los que tuvieron que huir a Francia para evitar la represión, algunos de los cuales no regresarían nunca. Allí nos reencontramos con José María Escalona, director del Museo de Bielsa; con Ángel Egea, propietario de El Cadril, uno de los puntos de venta de El viaje de Pau, que ha quedado bien surtido después de haber agotado los ejemplares que dejé el verano pasado; y conocimos a Rubén Barranco, alma de la organización.

Muchas de las caras allí presentes nos acompañarían buena parte del resto de la jornada. Durante la comida, por ejemplo, que tuvo lugar en el Kanguro truchero, un clásico de la zona, ubicado junto al embalse de Pineta. Alubias, cordero a la brasa, arroz, croquetas caseras, chorizo parrillero… Consistentes manjares, como no puede ser de otra manera en plena montaña, regados de buen vino de la comarca, y acompañados por una charla agradable con gente muy maja, como Carmen Lamúa, escultora que tras mi momento de gloria presentaría un interesante proyecto de preservación de la memoria histórica que espera poder llevar a cabo en Puerto Viejo, lugar por donde cruzaron a Francia los cinco mil civiles evacuados durante La Bolsa de Bielsa. También tuve la oportunidad de conocer a Philippe Guillén, profesor e historiador francés, nieto de un exiliado republicano aragonés, y autor de la biografía del dibujante de cómic José Cabrero Arnal, muy conocido en Francia por el personaje del perro Pif, que ahora quieren publicar en castellano.

Y llegó la hora de saltar al escenario para Pau, Diego, Greñudo y compañía. La primera sorpresa positiva fue comprobar la expectación por escucharme, que creo se vio incrementada por la proyección de este booktrailer, el primero que edité de mi novela:

También ayudó a hacer crecer el gusanillo por la historia el breve fragmento que leí, correspondiente al diario de Emilio, padre de Diego, el pastor, y uno de los personajes clave de la trama (aquí podéis descargar los dos primeros capítulos en pdf). Me sorprendió muchísimo recibir aplausos. Ni se me había pasado por la cabeza, así que ya veis que la audiencia realmente estaba predispuesta a emitir buenas vibraciones. Y las recibí. Me sentí muy cómodo, más incluso que en la presentación en Barcelona, donde la emoción me pudo en más de una ocasión. Esta vez supe contener los nervios y no dejar que la sensibilidad aflorara más de lo necesario. Hablé del argumento, de lo que me motivó a escribir esta novela y a localizarla en el Pirineo Aragonés, de la complicada aventura que es la autopublicación. Charlamos sobre memoria histórica, sobre la acogida que una historia de ficción que pretende contribuir a la dignificación de las víctimas olvidadas tiene entre lectores a priori no sensibilizados con el tema… En fin, fue un rato muy especial, que no olvidaré nunca, y que tuvo el colofón perfecto cuando aquellas personas desconocidas se acercaron a que les dedicara mi libro. Quienes habéis publicado sabéis a qué me refiero, ¿verdad?

Presentación El viaje de Pau en Bielsa
La primera compradora de mi novela. Foto: Carlos Migliaccio
Presentación El viaje de Pau en Bielsa
María Jesús, ganadora del concurso de relatos, también quiso su ejemplar. Foto: Carlos Migliaccio
Presentación El viaje de Pau en Bielsa
Con Rubén Barranco, alma de las jornadas sobre La Bolsa. Foto: Carlos Migliaccio
Presentación El viaje de Pau en Bielsa
Con Carmen Lorés, también escritora. Foto: Carlos Migliaccio
Presentación El viaje de Pau en Bielsa
Muy contento con la asistencia de público. Foto: Lucía Pastor
Presentación El viaje de Pau en Bielsa
Feliz de dedicar mi libro. Foto: Lucía Pastor
Presentación El viaje de Pau en Bielsa
Os presento a mi madre, María Elena. Foto: Carlos Migliaccio

(Aquí podéis ver más de las estupendas fotos de Carlos Migliaccio)

La tarde literaria no acabó ahí, puesto que inmediatamente se procedió a la entrega de los premios correspondientes al concurso de relatos sobre La Bolsa. La ganadora, María Jesús, alias Patricia Richmond, escritora de Zaragoza, recibió 300 euros, por su relato ‘Las brujas de la noche’, que podéis leer aquí. Los tres siguientes clasificados fueron seleccionados para una futura publicación, mientras que el mío, ‘La carta’, quedó en una meritoria pero desagradecida quinta posición.

A continuación Carmen Lamúa presentó el proyecto escultórico que mencionaba más arriba y la jornada acabó con una cena en el camping Los Vives de Saravillo y el concierto de la reivindicativa cantautora andaluza Lucía Sócam.

Nosotros nos quedamos en Bielsa, cenando en familia. Demasiado tute para los peques, y más teniendo en cuenta que el domingo tocaba viaje de regreso a casa. Eso sí, antes de tomar la carretera era obligada la visita a mi querida pradera de Pineta.

Valle de Pineta

Nunca me cansaré de admirar las moles que rodean el Valle de Pineta.  Foto: Benjamín Recacha

Qué maravilla. Un festival de colores, olores y sonidos de la naturaleza en plena efervescencia. Agua cayendo por doquier, mucha nieve todavía en las montañas, el azul intenso del cielo, mil tonos de verde forrando el valle y las laderas boscosas, y un festival de mariposas persiguiéndose de flor en flor.

Valle de Pineta

Y aquí me tenéis, “pineteando”.   Foto: Lucía Pastor

Ya cuento los días que faltan para mi regreso a los veranos de Pineta.

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