Me voy...con optimismo

Me voy. Desaparezco durante un tiempo. Ese tiempo necesario para recargar, dicen vulgarmente, las pilas. Yo diría, en los tiempos que corren, acopiar  dosis de optimismo y confianza en el futuro. Dejo el blog "entre medios" con los últimos presagios, seguramente efímeros, de que los que mandan en Europa nos salvan al límite y nos dan una tregua veraniega que nos permite relajarnos, engañosamente,  ante tanta convulsión.
La incertidumbre era una palabra tan usada hasta hace unos meses que se ha desgastado tanto como la acción de nuestros políticos. Ahora es la indignación y el desánimo las que hacen correr ríos de tinta y vomita centenares de voces en los medios de comunicación.
Es difícil recordar tiempos en los que la interpretación del presente genere tanta o más confusión en la prensa que especular sobre el futuro. Lo que vale hace unas horas, entes supranacionales como "los mercados"lo desmienten en minutos.
Resulta imposible encontrar referencias sólidas a las que agarrarse sin perjuicio de no caer en el engaño, más allá del vaivén ideológico de los medios. Y , sobre todo, soy incapaz de encontrar titulares tan alarmistas en el pasado como los que nos despiertan diariamente. El borde del abismo en el que nos ponen los medios cada día no debe ser una buena medicina para curar el pesimismo en que está inmersa la sociedad. Claro que es complejo saber cual habría que aplicar cuando no sabemos exactamente cuales enfermedades padecemos y nos tocará padecer.
Bien, pues ante esta falta de ilusión que contemplo a mi derredor pienso cargarme de buenas intenciones y propósitos para no dejarme llevar por la comunicación negativa, y tan poco productiva como ha resultado hasta la fecha .
Los medios no deben engañar con falsas expectativas a sus lectores, pero no deberían tampoco dejarse arrastrar por el pesimismo  en "caja grande" conque pintan las portadas de los diarios y con el que se regocijan tertulianos de medio pelo que lo dan todo por perdido porque, quizá, no tiene nada que ganar.
Lo dejo, temporalmente, con la bolsa de casi todo el mundo subiendo y con la nube de escépticos preguntándose por qué. Lo dejo con Camps dimitido y con los trajes en su armario, con los indignados en las calles de Barcelona con cierta esperanza de haber conseguido que se les tengan en cuenta, con los trenes funcionando correctamente y con los incendios controlados, con los directivos de la SGAE apartados de sus funciones , con Grecia a punto de ser salvada por la Merkel y con las conversaciones en el café de debajo de mi oficina sobre la bajada del interés de la deuda ... Cruzo los dedos para que no se tuerza en cuestión de segundos y mañana volvamos "al abismo" de los diarios.
En cualquier caso es un buen día para dejar de escribir por un tiempo, o quizás no. No lo sé. Por lo visto nadie lo sabe. Yo prefiero que hoy , en cualquier caso, sea un buen día.