Un reciente estudio médico ha puesto el ojo sobre los casos de bebés internados en terapia intesiva con graves estados de salud en el que se sugiere que los médicos están reconociendo actualmente mucho mejor los casos en los que los bebés tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir o que presentan daño cerebral grave, por lo que se estaría evitando en esos casos específicos proporcionarles a los pacientes un soporte vital.
El estudio se llevó adelante por el equipo de Julie Weiner, del Hospital de Niños de Kansas, en Missouri, quienes revisaron las historias clínicas de todos los bebés que habían fallecido en la unidad de terapia intensiva neonatal en la última década, revelando que se habían producido 400 muertes entre más de 7000 internaciones graves. La mayoría de los niños que no sobrevivieron tenían malformaciones congénitas como defectos cardíacos, y en su mayoría eran prematuros.
Las estadísticas revelan además que 6 de cada 1000 bebés de Estados Unidos mueren antes de cumplir un año de vida y en su mayoría dentro de los primeros 28 días luego de nacidos. Entre 1999 y 2008 1de cada 5 muertes se produjeron mientras los médicos realizaban resucitación cardiopulmonar para salvar al niño. El 60% de los pequeños moría cuando se les quitaban los respiradores o se les suspendía el soporte vital, mientras que el 20% moría cuando se les suspendía el tratamiento para prolongarles la vida.
La doctora Renee Boss, neonatóloga del Hospital de Johns Hopkins, en Baltimore opinó al respecto del estudio:
“refleja una mayor consciencia de la comunidad médica de la necesidad de reducir las intervenciones con beneficios mínimos o cuestionables, en especial si producen dolor o sufrimiento al paciente”.
Continuando el estudio se indicó que las muertes ocasionadas cuando los médicos decidieron no comenzar con el tratamiento de soporte vital aumentaron durante el estudio en un 1% anual sobre todo en los niños muy prematuros, el doctor William Meadow, neonatólogo del Centro Médico de la University of Chicago aclaró sobre éste punto que los patrones varían según cada unidad de terapia intensiva, como por ejemplo en su hospital en el que a la mayoría de los bebés muy enfermos pero estables no se les quita el soporte vital aunque mueran durante el proceso, aunque solamente se mantiene por la esperanza de padres y familiares de que sus pequeños mejoren.
La doctora Boss comentó al respecto:
“Cada vez más, los padres y los familiares deberían tener un papel central en esas decisiones”…”la mayoría de los padres quieren participar de alguna manera en la toma de decisión”.
Vía | Publico
Foto | Ask a mum