Ruinas
El yacimiento arqueológico de Medina Azahara está declarado Bien de Interés Cultural desde el año 1923. Fundado en el año 936 y desaparecido en 1010, durando poco más de 80 años.
Tras más de 100 años de estudio, se ha excavado poco más del 10% de la superficie total del conjunto.
La fastuosa y misteriosa ciudad palatina que Abderramán III (Abd-al-Rahman III) mandó a construir a los pies de Sierra Morena, a 8 km. en las afueras de Córdoba, encierra, incluso en su nombre, historias legendarias.
El nombre de Medina Azahara viene del nombre árabe Madinat al-Zahra (la ciudad brillante).
Fue concebida como la nueva sede del gobierno del califato y como lugar de residencia del Califa. Pero no fue sólo un palacio, sino una auténtica ciudad con una compleja organización urbanística, donde se desarrollaba la administración civil y militar del nuevo Estado. La ciudad palatina se convirtió en símbolo de la independencia del soberano omeya frente a los califatos islámicos orientales, el abbasí de Damasco y el fatimí de Egipto.
Con su construcción, Abderramán III asumía el título de Califa y, con ello, en el año 929, se autoproclamaba máximo dirigente político y religioso del Islam como sucesor del profeta Mahoma.
Para comprender la importancia de Medina Azahara hay que entender que, aunque se trata en esencia de un yacimiento arqueológico, desde un punto de vista artístico se trata de uno de los complejos monumetales más originales dentro de la arquitectura hispanomusulmana y del arte islámico en general.
Ni su estructura ni su ornamentación han sido alteradas con modificaciones posteriores, de modo que los restos exhumados por las excavaciones nos permite tener una idea muy aproximada a la forma que tuvo en su época, donde se han preservado de manera excepcional en todas las escalas: redes territoriales de infraestructuras, la ordenación urbana, los edificios y la decoración, ofreciendo en todas ellas ejemplos de valor universal.
Se trata de uno de los conjuntos arqueológicos más importantes del mundo, siendo actualmente la única ciudad califal de Europa.
Conjunto
Fue elegido por los extraordinarios valores del paisaje, de manera que la ciudad y la llanura extendida a sus pies quedaban de manera física y visual dominadas por las edificaciones del Alcázar. Su implantación en el territorio generó una red viaria e infraestructuras hidráulicas y de abastecimiento para su construcción, conservada, hasta la actualidad, en forma de restos de caminos, canteras, acueductos, almunias y puentes.
Aprovechando perfectamente el desnivel del terreno, la ciudad fue distribuida en tres terrazas: el recinto de la ciudad adopta una forma rectangular, frente a la idea laberíntica y caótica característica del urbanismo musulman.
La topografía jugó un papel determinante en la configuración de la ciudad. Su emplazamiento sobre la falda de Sierra Morena permitió diseñar un programa urbano: el palacio se ubica en la parte más alta, en una situación muy ventajosa sobre el caserío urbano y la mezquita aljama, extendidos por la llanura.
Contexto histórico
El Califato de Córdoba fue un estado andalusí proclamado por Abderramán III, de la dinastía Omeya, en el año 929, con mayor esplendor político, social y económico del mundo, haciendo de Córdoba la ciudad más avanzada.
Bajo los reinados de Abderramán III (929-961) y su hijo sucesor al-Hakam II (961-976) se consolida el estado cordobés.
Abderramán echa en falta un símbolo de su poder religioso y político que represente al califato como lo es una cidad palaciega donde residir junto a su corte. En el año 936 manda construir la fastuosa Medina Azahara junto a la capital, Córdoba. Surgida de la nada, la ciudad concentra todo el poder político del califato.
Con el reinado de Hisham II (976-1016) el verdadero protagonismo lo tuvo "hayib" o primer ministro Almanzor, genio militar en su lucha que mantuvo en jaque a los reinos cristianos del norte llegando a entrar en León, Pamplona, Barcelona o Santiago de Compostela donde se llevó las campanas del templo prerrománico dedicado a Santiago hasta Córdoba.
En 1002 murió Almanzor y los problemas sucesorios desembocaron en una "fitna" o guerra civil en 1010, hasta que en el año 1031 se decide acabar con el Califato pasando a ser ahora Al Andalus un compendio de diferentes reinos de Taifas, perdiendo su hegemonía y dando un mayor empuje por parte de los reinos cristianos.
Fue durante la "fitna" cuando Medina Azahara se abandonó y comenzó su progresiva destrucción con saqueos y, finalmente, su olvido total.
Historia
Fue mandada a construir por el primer califa de Al-Andalus, Abderramán III Al Nasir (891-961), como parte del programa político, económico e ideológico puesto en marcha tras la instauración del califato.La leyenda dice que fue edificada como homenaje a la mujer favorita del califa: al-Zahrá (Azahara), el cual significa "La Flor" quien le sugirió construir una hermosa ciudad extramuros de Córdoba, una ciudad que llevaría el nombre de su amada y se convertiría en la "Ciudad de la Flor de Azahar".
Aunque los principales motivos de su construcción son de índole político-ideológica: la dignidad de califa exige la fundación de una nueva ciudad, símbolo de su poder, a imitación de otros califatos orientales y sobre todo, para mostrar su superioridad sobre sus grandes enemigos, los fatimíes de Ifriqiya.
La ciudad se comenzó a construir a finales del año 936 de la era cristiana, estando las obras a cargo del maestro alarife Maslama ben Abdallah, continuando durante los 40 siguientes, alcanzando los tiempos de su hijo y sucesor en el califato, al-Hakam II. En el año 945 se produce el traslado de la corte de esta ciudad, que en esos momentos cuenta con la mezquita Aljama(941), aunque la Casa de la Moneda no se traslada hasta 947-948.
Transcurrido poco menos de 100 años todo el conjunto monumental, y fastuoso, de Medina Azahara quedó reducido a un inmenso campo de ruinas. Debido a enfrentamientos, incendios y saqueos la ciudad más bella de occidente fue destruido en el año 1010 debido a la guerra civil, o fitna, momento en que se puso fin al Califato de Córdoba.
Después de la guerra civil, o fitna, que trajo su destrucción, el saqueo o desmantelamiento de la ciudad palatina prosiguieron en siglos sucesivos, pero fue utilizada como cantera artificial para la construcción de otras edificaciones posteriores en la ciudad de Córdoba.