Revista Comunicación

Medios sociales para mejorar el mundo

Publicado el 23 octubre 2012 por Davidsoler @dsoler

Hace unos días leía un artículo del siempre interesante Genis Roca. Entre las cosas que decía, hablando de la próxima Internet de los objetos, afirmaba que los medios sociales y la conversación habían dado mucho trabajo y poco dinero. Y, admitiendo que Genís es una de las personas que más sabe de estas cosas, no estoy de acuerdo con tal afirmación. Si nos ponemos así mañana mismo dejamos de hacer fiestas de presentación de coches, bolsos o películas, de patrocinar la maratón de Villaricos de Arriba y cualquier otra acción de Relaciones Públicas porque eso es para lo que sirven, en realidad, los medios sociales para la mayoría de marcas. Para según qué tipo de servicios y productos los medios sociales son fantásticos para monetizar la actividad de los usuarios pero para la inmensa mayoría no. Servirán para otras cosas: las propias relaciones públicas, atención al cliente, investigación de mercado, test, etc… pero establecer, en la mayoría de los casos, causa-efecto en ventas es un error demasiado extendido.

Nota del autor: si Genis Roca se refería al modelo de negocio de las propias redes ya no digo nada. Pero como en el artículo no queda claro si habla del modelo de las redes o de las marcas lo interpreto de ésta última forma.

Pero no insistiré en el tema de Medios sociales y Relaciones Publicas sino que voy a hacer una defensa de otros usos donde sí es demostrable el éxito de los medios sociales. Hace un par de días mi amigo Eduardo Rodriguez me pasó este estudio de Pew Internet donde queda claro el uso muy extendido que muchas personas dan a la red para fines políticos desde distintas perspectivas: tanto para apoyar a un candidato o tendencia política concreta como para denunciar y hacer presión social sobre decisiones que los gobiernos puedan tomar.

Pensemos en cómo era hasta hace unos pocos años la presión que la ciudadanía podía ejercer sobre “los excesos” que la clase política cometía. ¿Hubiera sido posible un #15M sin Medios Sociales? Sí, seguro que sí, pero con un impacto mucho menor. Hoy en día cualquier político que se precie tiene en cuenta lo que se dice en las redes sociales y ya conocemos muchos casos donde el poder de la Red ha conseguido “tumbar” un programa de TV (el caso La Noria, por ejemplo). También hemos visto como proliferan y crecen plataformas como Change.org o Causes.com, entre muchas otras para defender causas sociales o denunciar actitudes reprobables de cualquier tipo.

Así que ahora podemos usar estas plataformas que nos ha regalado la tecnología para hacernos oír, para cambiar el mundo a través de pequeñas acciones. También para apoyar el desarrollo de ONG’s dedicadas a las más diversas actividades. Ambas soluciones son suficientemente potentes para defender el que los medios sociales formen parte activa de nuestras vidas. ¿Alguien se imagina el mundo hoy sin la posibilidad de “quejarse” de algo en una Red Social?

También, y gracias a esto que llamamos web 2.0, podemos apoyar económicamente proyectos de todo tipo mediante plataformas de crowdfunding. Ideas innovadoras, proyectos sociales o iniciativas culturales se benefician todos los días de pequeñas aportaciones de ciudadanos anónimos con ganas de cambiar las cosas.

Así pues, no me equivoco ni me paso si digo que ahora sí que el ciudadano tiene poder para generar cambios más allá de manifestaciones, huelgas o incluso elecciones cada cuatro años. El único problema está en que el ciudadano se lo crea de verdad y ejerza ese poder que tiene. Ese es, probablemente, el problema principal: la gente, en su mayoría, aún no se ha dado cuenta que las redes sirven para algo más que para compartir fotos y frases divertidas o profundas y que gracias a ellas podrían ejercer mayor control sobre el poder. Y el poder, ya sea financiero, mediático y político, me da la impresión que de momento solo está atento por si se dice algo negativo y poder contrarrestarlo desde sus gabinetes de comunicación y prensa o para emitir sus consignas, pero aún no se ha dado cuenta que podría utilizar a su favor si realmente quisiera. O quizás es que no quiere ni le interesa. El ejemplo más claro de democracia participativa a través de las herramientas 2.0 es el de Islandia cuyo gobierno sí ha visto el potencial claro que puede tener la Red y lo ha sabido aprovechar es pos de la transparencia, cosa que le hace mucha falta a la clase política en general y a los gobiernos en particular.

Ya tenemos las plataformas y la tecnología lista. A partir de aquí depende de nosotros, de la ciudadanía, que las cosas cambien. A mayor presión, más cambios. A mayor compromiso, más impacto en la vida pública. Y a los gobiernos, los políticos, las instituciones e incluso ONG’s les compete el dar un paso al frente y no esperar a que sea la presión ciudadana la que les obligue a mejorar su transparencia y a ser más permeables a la voz del ciudadano. Como siempre es un problema de actitud.

Comprenderéis ahora por qué es tan importante mantener una Red Libre y Neutral aunque, como casi todo, eso tenga sus problemas colaterales y sea imperfecta.

¡Qué tengáis una feliz semana!


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