Revista Espiritualidad

Meditación estoica: tu experiencia es el mejor maestro

Por Valedeoro @valedeoro

[Esta es la sexta parte de mi mini-serie sobre el estoicismo romano y cómo aprovechar sus fundamentos para una vida (no solo) minimalista. Hasta ahora he presentado técnicas estoicas adaptadas a la actualidad. Hoy presentaré la estrategia para ir mejorando el uso de las demás técnicas.]

Hombre meditando durmiendo
Los estoicos también meditan, aunque de forma diferente que (por ejemplo) los budistas. La meditación estoica, que también podríamos llamar de reflexión estoica, consiste en un análisis consciente del día a día para detectar aquellos momentos donde hubiéramos podido mejorar nuestras reacciones. El mejor momento para hacerlo es justo antes de ir a dormir, al repasar el día.

Tres preguntas claves: lo bueno, lo malo y lo mejorable

Para que este tipo de meditación tenga el efecto esperado y mejorar tu relación con el entorno es importante repasar el día o la semana teniendo en cuenta tres aspectos claves.

  1. ¿Qué situación has llevado tan bien que te puede servir como ejemplo para el futuro?
    ¿Le has sonreído a la cajera que estaba de mal humor? ¿Has perdonado al conductor de aquel coche que casi te atropella en el semáforo? Analiza qué factores te han ayudado a tomarte las cosas con calma para poder repetirlo en el futuro.
  2. ¿En qué situación te has dejado llevar por las energías negativas y cómo puedes evitarlo?
    Te has pasado la tarde de mal humor porque tu amiga no te devolvió la llamada? ¿Has pasado la tarde quejándote del colega de trabajo que siempre te interrumpe? Detecta los patrones que desatan este tipo de reacciones en ti para prevenirlos en el futuro.
  3. ¿Qué situación hubiera sido posible manejar un poco mejor?
    Hay muchas situaciones que no están ni bien ni mal. Con las reflexiones anteriores podrás encontrar pequeños trucos que pueden llevarte hacia lo positivo.

Por supuesto esta meditación nocturna (descrito por Seneca) también se puede hacer en cualquier otro momento del día. Epicteto y Marco Aurelio recomiendan estar siempre atento a los propios actos como si fueras una persona externa que se observa a si mismo para detectar oportunidades de mejora.

La práctica hace al maestro

Al meditar como has pasado el día, también puedes asegurarte de utilizar cada una de las estrategias estoicas en el día a día. Cuando te das cuenta de que hace tiempo que no has practicado la abnegación voluntaria, quizás a la mañana siguiente te animes a tomar un baño frío. Hay que ejercitar los músculos del autocontrol , al igual que nos encanta “olvidar” ir al gimnasio, el estoicismo también necesita ser recordado de vez en cuando.

Lo que un(a) minimalista puede aprender de los estoicos

Una gran parte de nuestra satisfacción deriva de lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer. Por un lado es una noticia pésima, porque significa que tienes toda la responsabilidad está y que no concierne a nadie más. Aunque tu situación no sea la más favorecida, siempre podrás mejorar, por lo menos, la percepción de esta para así generar energías para salir adelante. Y he aquí la buena noticia : todos podemos mejorar, aunque se necesite perseverancia y reflexión para ello. Y aunque avances más lento de lo que querías en el camino, la meditación estoica es una buena estrategia para recordar también lo positivo que has conseguido durante el día.
Y un poco de positivismo siempre va bien.

¿ Reflexionas de vez en cuando sobre tu propia interacción con el mundo?


Foto: canovix/flickr

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