Parece increible pero es cierto, ya están saliendo a la luz los primeros estudios serios sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la población y es muy triste ver como los jóvenes se sienten solos. Hablar con cientos de personas en las redes sociales no tiene un significado para nada parecido a relacionarse realmente, muchísimos jóvenes entrevistados se sienten solos. Es verdad que hoy día se establecen conexiones que de otra forma serían impensables y muchas relaciones virtuales llegan al plano real, pero también es cierto que las nuevas tecnologías se están convirtiendo en un reemplazo de la auténtica interacción humana.

Hay personas que pueden estar solas sin sentirse solas y vicerversa, otras que aún estando en grupos se sienten solas. La cuestión es que estar solo te puede generar ansiedad y depresión. ¿Será la escasa confianza en los demás el factor primordial de este fenómeno que se está presentando actualmente?
Pero podría ser también la ausencia de compromiso o la escasa capacidad de comprometerse con algo, muchos prefieren tener una mascota que una relación seria con otra persona e inclusive el tener un hijo lo consideran un compromiso fuera de su alcance.
La soledad podría ser una condición necesaria para que aprendamos a valorar a los demás o el reflejo de nuestra imagen verdadera, esa que no aparece cuando nos relacionamos emocional o socialmente. Algunos la consideran una grata compañía, pero muchos la detestan y preferirían verla muy lejos, yo diría que es una búsqueda, un fantasma que aparece de la mano de las ausencias familiares, del caos del comsumismo, de la aglomeración de las ciudades, del individualismo reinante en esta sociedad.

