…según Bill Henderson.
Creo que ningún punto tiene desperdicio, así que no te lo pierdas.
- Reemplaza las palabras que “dicen” con palabras que “muestran”. No me digas que el detective vio un contenedor sospechos, sino: descríbeme ese contenedor sospechoso. No se trata de informar, no somos periodistas. Lo que queremos es convencer al lector de que lo que está leyendo es creíble, incluso en las novelas de ciencia ficción es posible.
- Reduce la interpretación. Que la acción hable por sí misma. El lector no es tonto, no lo trates como tal. No expliques de más. Muestra lo que pasa y así el lector podrá sacar sus propias conclusiones.
- Reemplaza las construcciones verbales pasivas con verbos activos. Aunque no lo parezca, esta sencilla norma nos ahorra un montón de frases larguísimas, de esas que cuando llegamos al punto tenemos que volver a releer para enterarnos de qué está contando. Eso es una lectura pesada y aburrida, y corre el riesgo de quemar al lector.
- Identifica-y-elimina o “traduce” los clichés. Es verdad que los clichés y tópicos son muy útiles, pero han sido tan utilizados que ya no son originales, ya no brillan. Eres escritor, eres creativo, ¡tú puedes ser original!
- Sé específico. Reemplaza el lenguaje “informativo” con narrativa llena de imágenes específicas y significativas. Tampoco hace falta que nos describas el cuadro de la habitación de la suegra del personaje secundario. Lo que quiere decir Bill es que el escritor quiere crear una impresión al lector, mostrarle una serie de experiencias concretas. No te vayas por las ramas.
¿Los cumples? ¿Te parecen interesantes?