¡Hola a todos! Llevo un poco de retraso con estas entradas especiales, porque suelen publicarse a principios de enero (o a finales de diciembre, cosa que no entiendo, porque hasta el último día tienes la oportunidad de toparte con la mejor lectura del año), pero más vale tarde que nunca, así que a lo largo de las próximas semanas publicaré también un balance lector y un poco de resumen del año en general.
El caso es que antes de todo eso me gustaría presentaros un TOP 3 de mis mejores y peores lecturas del 2023, no fuera cosa que os hayáis perdido alguna de las reseñas que he ido publicando. Como ya en su momento me explayé largo y tendido, esto será solo un comentario breve (siempre digo lo mismo y no sé cómo, pero termino escribiendo un testamento) sobre por qué debéis lanzaros a por mis favoritos o descartar los otros nada más verlos. Además, si os perdisteis la entrada completa, os informo de que si hacéis click en el título del libro, el enlace os llevará a la reseña correspondiente, si es que la hay.
Para mi sorpresa, este año me ha resultado difícil escoger entre las tres mejores, porque he topado más buenas lecturas de lo que viene siendo habitual. Iba a incluir La princesa prometida, pero como era una relectura, he preferido enseñaros libros diferentes. En el caso de las peores lecturas, ha sido también difícil escoger porque este año he abandonado muchos libros, así que al final no ha habido tantas malas lecturas como en años anteriores. Por eso, he escogido los tres que más me enfadaron.

La guerra no tiene rostro de mujer, de Svetlana Alexiévich
Siempre he abogado en contra de la guerra, pero este libro me ha abierto los ojos y ha sido capaz de ofrecerme una buena razón para luchar: defenderte a ti, a los tuyos, a tu modo de vida. Si hay algo que busco con fervor en los libros, más allá de la originalidad son historias que me remuevan por dentro hasta el punto de lograr que reconsidere mi visión del mundo. Ya no me basta con sensiblerías vanas, quizás porque diariamente las redes nos bombardean con este tipo de historias. No me interesa el drama de una madre que protege a su hijo en un tiroteo indiscriminado, sino que me interesa el drama de una madre que decide ahogar a su bebé para que no delate su posición. Este es solo un ejemplo de las muchas barbaridades que nos narran los testimonios en este libro, mujeres rusas que durante la Segunda Guerra Mundial estuvieron al pie del cañón (en algunos casos, literalmente), que mataron (por odio, por miedo, por patriotismo), que sacrificaron todo lo que tenían (su feminidad, su juventud, sus vidas), que vieron la peor cara del ser humano y, pese a ello, siguieron amando la vida. El sufrimiento es inherente a la existencia, así que tarde o temprano, de una forma u otra, nos alcanzará. Entonces, tendremos que elegir entre ser aquellos que sucumben ante la desesperación o aquellos que se adaptan para sobrevivir. Por muy oscuro que sea el túnel, si ellas pudieron seguir adelante tú también eres capaz de hacerlo, solo tienes que centrarte en lo que tienes y no en lo que te falta.

Beastars, de Paru Itagaki
El manga es un género muy infravalorado; al parecer, el dibujo resta seriedad y profundidad a estas obras, que solo puede ser de corte juvenil. En realidad, en el manga, el dibujo es otra forma de comunicación que complementa al texto, y no todos son juveniles, ni mucho menos, y que una obra lo sea no significa que no tenga profundidad. Beastars es el ejemplo perfecto de ello. La obra está ambientada en una sociedad animal similar a la nuestra, y la trama, que tiende al costumbrismo, se centra en el día a día de unos jóvenes, en sus inseguridades socioafectivas, en sus conflictos internos de identidad, en las relaciones sociales que establecen, los vínculos que crean, en sus miedos y ambiciones. Es una historia muy bien construida que trata del crecimiento y la madurez, del paso de la adolescencia a la edad adulta, sobre dejar de ser un individuo que solo piensa en sí mismo a parte activa de la sociedad. Los protagonistas son jóvenes que luchan por hacerse un hueco en el mundo. Tienen voz y quieren hacerse oír, pero al mismo tiempo dudan, porque están en proceso de cambio, por lo que su perspectiva del mundo aún es muy voluble. Buscan encarecidamente una identidad, al mismo tiempo que protegen sus sentimientos tras una máscara que no permite a los demás, ni a ellos mismos, saber qué sienten en realidad. Y esto son solo los cimientos de una historia que en realidad reflexiona sobre la violenta naturaleza humana. ¿Puede alguien violento sobreponerse a la genética que le hace ser así? ¿Estamos predeterminados a ser de una forma o nuestra fuerza de voluntad puede hacernos cambiar? ¿Reprimirse a uno mismo es perjudicial? Además, la violencia de los carnívoros hacia los herbívoros permite reflexionar sobre los roles de género y el papel de hombres y mujeres en nuestro mundo, así como la fragilidad de la convivencia pacífica en una sociedad plural con constantes conflictos ideológicos.Sí, son muchos tomos, pero os aseguro que merecerá la pena. Es una historia que habla de la madurez, de integrarse en la sociedad, del respeto, de la necesidad de comprensión, y de lo difíciles que resultan las relaciones humanas, todo mediante una alegoría animal. El dibujo es una preciosidad, trabajado con gran detalle y transmite casi tanta emoción como los diálogos, naturales y bien escritos. Imprescindible.
TOP 3 PEORES LECTURAS 2023
Voz, de Christina Dalcher
Una novela puede ser un thriller comercial, para entretener a las masas, y al mismo tiempo estar bien escrita, ser coherente y tener profundidad; en caso contrario, lo único que haces es insultar a tus lectores. Lo único que no esperaba de un homenaje a El cuento de la criada es una novela banal. El inicio es bastante inconsecuente (de la noche a la mañana, en EEUU, sube al poder un partido de la extrema derecha que deroga todos los derechos de las mujeres), pero eso no es más que el principio de una locomotora sin frenos que no puede hacer más que descarrilar. No os dejéis seducir por la premisa: es una trampa. El mundo no es coherente consigo mismo y no se exploran las consecuencias de una sociedad en la que las mujeres solo pueden pronunciar cien palabras al día. Hay un exceso de personajes y no están bien desarrollados, ni siquiera la protagonista, que se hace repetitiva en su obcecación con el contador, sin que avance en sus reflexiones. La trama no empieza hasta el final, cuando se ramifica en múltiples subtramas para generar tensión y estas se resuelven de forma simplista. Se mencionan muchos temas, pero no se trata ninguno y muchas escenas sobran o no son realistas.Lo que más me preocupa de este libro es que, pese a ser un desastre de pies a cabeza, ha cosechado un gran éxito entre lectores acríticos que necesitan que les agiten unas llaves delante de los ojos para mantener la atención y que no reflexionan lo más mínimo ante lo que están leyendo. Me da miedo que se extienda y popularice este tipo de literatura, orientada a una sociedad hiperactiva Novelas en las que pasan muchas cosas muy de prisa, hasta el punto de que no puedes pararte a pensar. Entiendo que como autor te interese vender, pero ¿merece la pena forrarse a costa de contribuir al declive literario?
Reino de fieras, de Gin Phillips
Con esta novela me sentí estafada, porque prometía mucho y se quedó en nada. Es sorprendente la habilidad de la autora por coger una situación tensa (una madre y su hijo están atrapados en un zoo en el que estalla un tiroteo masivo) y convertirla en algo soporífero. Hay poca acción y la narración se dispersa en varios puntos de vista que no tienen fuerza y que pertenecen a personajes que no se han desarrollado. Además, en lugar de centrarnos en las emociones derivadas de la situación para comprender cómo se sentiría alguien en esa situación, constantemente los personajes hacen digresiones sobre su pasado para evadirse de la realidad. A eso hay que sumarle el final abrupto que deja varias tramas abiertas, pese a que la historia no tendrá continuación. Por mi parte, no lo recomiendo, pues ni emociona como thriller ni como drama.

