¿Quién dijo que en Zaragoza sólo se puede comer de “mantel de cuadros”? Alguien muy poco informado seguro. Por poner un ejemplo, existe un sitio en la calle Mayor, en pleno centro de la ciudad, donde Raquel, Silvia y todo su equipo llevan casi 10 años dándole una vuelta de tuerca a la cocina tradicional en forma de tapas.
El Méli-Mélo es el resultado del esfuerzo y la ilusión de Raquel Marcén, que con 23 años y recién salida de la Escuela de Hostelería Topi, decidió ser valiente, ir un paso más allá y abrir su propio restaurante. Un lugar donde hacer una cocina diferente utilizando los ingredientes de siempre y sobre todo cuidando la presentación. Y no hay duda de que le ha funcionado, porque os aviso, encontrar un hueco para comer o cenar en fin de semana es casi misión imposible. Por eso, el mejor día para visitarlo es de lunes a jueves.
Información Méli Mélo
C/ Mayor, 45 50001 Zaragoza
976 29 46 95 / 635 959 458
www.restaurantemelimelozaragoza.com
[email protected]
Precio: $$$$$ Horario Abierto:
Los lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados:
Mañana 13.00 a 17.00
Tarde 20.00 a 00.00
Los domingos
Continuo 13.00 a 17.00
El nombre, que a simple vista puede parecer sin sentido, viene de una expresión francesa que significa mezcla, batiburrillo. Y eso es exactamente lo que hacen en el Méli-Mélo: mezclan el arte de la cocina tradicional, con los ingredientes más frescos traídos la mayoría directamente del Mercado Central, y con el toque de originalidad y frescura propio de Raquel. Todo para conseguir un batuburrillo de texturas, colores y sabores que hacen las delicias de los más exigentes.
El primer reto al que te enfrentas cuando entras al Méli-Mélo es la barra. La barra y su infinita variedad de tapas, a cada cual más apetitosa. Todo el mundo dice lo mismo: “¡Es imposible elegir!”; a lo que el camarero responde: “Es sencillo, empieza por un extremo y acaba en el otro, y cuando no puedas más… ¡lo dejamos para el próximo día!”. Ensaladilla rusa con carpaccio de pulpo servido en el típico tarro de conserva artesana, pan de Leciñena con champiñón y panceta de Guijuelo, canutillo de confit de pato, chupa-chups de ternasco, calamar relleno de suquet de pescado con langostino, pisto de morcilla de Aragón envuelto en jamón… ¡Qué difícil elección! Solo hace falta ver las fotos para empezar a salivar.
Por no hablar del menos conocido Menú del día, en el que puedes degustar platos como Carpaccio de carne con aceite de mostaza y lascas de queso parmesano, Crema de calabaza con borrajas y vieras, Merluza en tempura con alcachofas fritas y ali-oli de atún, Timbal de escalibada con sardinas del cantábrico acompañado de salsa romescu, o Tulipa de galleta con helado de sandía y maracuyá. Y lo mejor es que por la noche este menú se convierte en una fusión de sus mejores platos y sus tapas más emblemáticas.
Pan de Leciñena con champiñón y panceta de Guijuelo “Premio en el XX Concurso de Tapas de Zaragoza” (izq) y canutillo de confit de pato (dcha)
Queso de cabra rebozado de frutos secos con compota de higos (izq), Ensaladilla rusa con carpaccio de pulpo (dcha) y Chupa-chups de ternasco con queso (abajo).
Calamar relleno de suquet de pescado con langostino (izq), Pisto de morcilla de Aragón envuelto en jamón (dcha) y Hamburguesa de rape y gambas con cebolla caramelizada “Primer premio en el XVII Concurso de Tapas de Zaragoza” (abajo).
Impresionante ¿verdad? No en vano han ganado varios premios en los más importantes concursos de tapas de Zaragoza. Uno de los más recordados por el equipo fue el 2º premio a la Mejor Tapa de Aragón por la espectacular “Cave Ovum”: una combinación de pasta brick en forma de saco (cave), una yema de huevo en el interior (ovum), acompañado de setas, queso y nata, y coronado con un crujiente de panceta. ¡Impresionante!
Por eso la recomendación del chef (la chef en este caso) es una combinación de tres tapas galardonadas:
· Cave-ovum
· Tostada de pan de Leciñena (como no, la chef es de allí) con champiñón y panceta de Guijuelo
· y Hamburguesa de rape y gambas con cebolla caramelizada
Una selección “ganadora” con la que ¡acertarás seguro!
Pero el secreto del Méli-Mélo no reside solo en sus ingredientes traídos directamente del Mercado Central, ni en la gran variedad de tapas (más de 40), ni en la originalidad a la hora de presentarlas… no no, la clave de este lugar es la cercanía, es la intención de hacerte sentir como en casa. Que no solo se queda en el trato personal y el mimo al hacer las tapas, sino en muchas otras cosas.
Empezando por los graciosos cubiletes de la barra donde tú mismo te sirves los cubiertos, o por la cálida decoración del comedor, donde Silvia (la hermana de Raquel y miembro del equipo) tiene su lugar favorito, el rincón del sofá: una mesa en la esquina del comedor que cuenta con una cómoda bancada con almohadas de colores que hace las delicias de los más placenteros.
Y es que como dice Raquel:
Una de las mayores motivaciones que tenemos es la gente que viene. Todo se piensa y se hace para ellos, para que les guste y se vayan contentos. Por eso, celebramos cada buena crítica, y cuando se escapa una mala es inevitable que nos duela aquí, en “nuestra patatita”. El día que deje de preocuparme lo que opinen mis clientes, ese día colgaré el delantal.