Revista Viajes

Melilla, un paseo por la historia

Por Carla10

MELILLA

Todo empezó en el mes de octubre cuando la empresa Empieza Consultora me convida a la Ciudad Autónoma de Melilla para participar en unas jornadas sobre sotenibilidad y responsabilidad social. Fue un viaje relámpago y profesional, pero descubrí una cuidad que se abría ante mis ojos para sorprenderme y motivar hasta tal punto mi interés por conocerla, que tuve que volver. Esta es la Melilla que descubrí, la Melilla que recomiendo visitar. La que fue Rusadir fenicia.

Desde Madrid T4, en un precioso vuelo directo sobrevolando la Sierra de Cazorla, el Valle del Guadalquivir, la ciudad de Jaén, Sierra Nevada, Almería, se cruza el Mediterráneo y Melilla te espera.

A través de Turismo de Melilla pudimos visitar la ciudad Vieja, o Ciudadela con las interesantes explicaciones del guía, José Oña, que hicieron el paseo realmente interesante. Comenzamos en la Plaza de España con una breve introducción sobre Melilla y de cómo Don Pedro de Estopiñán la tomó para el Duque de Medina Sidonia en 1497.

Monumento a D. Pedro Estopiñán

Es la Ciudadela un complejo medieval amurallado cuya construcción se remonta al siglo XVI cuando el principal interés era la fortificación para la defensa de la ciudad. Se construye por ejemplo el Foso de Santiago y las puertas de Santa Ana y de San Santiago. Durante siglos Melilla vivió acosada por los sultanes y muchos fueron los asedios que sufrió la ciudad. Hasta que en 1860 se firma el Tratado de Paz con Marruecos. Os invito a dar un paseo por estas construcciones medievales y renacentistas, muros que hablan de historia, puertas, fosos, baterías y torreones.

Durante los tres siglos posteriores a la incorporación de Melilla a la Casa de Medina Sidonia primero y a la corona de España después, la ciudad se fue ampliando prácticamente sin interrupción. Primer recinto renacentista, segundo, tercer y hasta cuarto recinto de la ciudad, ampliando siempre con interese defensivos y la Melilla Modernista de la que luego hablaremos. Impresiona el foso de Santiago, del primer recinto fortificado de principios del siglo XVI, y lugar por excelencia para la vigilancia de la ciudad durante toda la épcoa medieval.  Sus muros, probablemente los más antiguos de la ciudad, llegan hasta el mar en la Playa de los Galápagos. Probablemente una de las vistas más bellas de la ciudad.

Playa de los Galápagos
Foso de Santiago y playa de los Galápagos

Melilla es sin duda alguna un museo al aire libre. Desde el foso de Santiago acceder a la ciudad antigua por las puertas de Santiago y de Santa Ana es como viajar en el tiempo. La Puerta de Santiago fue construida en 1549 por Miguel de Perea y Sancho de Escalante, coronado por el escudo de armas del rey Carlos I y cuenta en su interior con una pequeña Capilla dedicada al Apóstol, es la única construcción gótica que existe en África.

puerta de Santiago

Puerta de Santiago y torreones
Capilla de Santiago

puerta de Santiago

Tras la puerta de Santiago se llega a la Puerta de Santa Ana, de 1515, a la que se accedía por un puente levadizo. Era el acceso definitivo a la ciudad ya que se encontraba protegida por la puerta de Santiago.

Puerta de Santa Ana

Cruzando la Puerta de Sta. Ana llegamos a la plaza de la Maestranza, o Plaza de los Aljibes, se encuentran los Almacenes de Peñuelas, las naves de la Maestranza de Ingenieros, y en la Actualidad Museos Melilla,  que sirvieron como acuartelamiento  de la unidad militar más antigua de España, La Compañía del Mar (1497),  También en la plaza se encuentran los antiguos aljibes de la ciudad que   pueden visitarse. A esta plaza se  puede acceder pro otra de las puertas a la ciudad, el túnel de la Marina por la que saldremos al terminar el recorrido.

Escaleras de acceso a la plaza de los aljibes

Detalle plaza de los aljibes

Museos de la ciudad

Subiendo por las escaleras de los almacenes llegamos a la plaza  Estopiñán, donde se encuentra el monumento a su recuerdo y la Casa del Gobernador. Actualmente hay en la plaza un chiringuito para tomar un refresco al atardecer y disfrutar de las vistas y los tonos cálidos que la ciudad adquiere con el reflejo del sol en su retirada.

Plaza de Pedro Estopiñan y Casa del Gobernador
Detalle Casa del Gobernador
Detalle de San Miguel
Plaza
detalle de la Casa del Gobernador

Fue la antigua Plaza de Armas del primer recinto fortificado.  Aquí se encuentra lo que fue el gobierno Militar y Casa del Gobernador, en la actualidad museo Militar, la torre del Reloj y la calle de San Miguel. En esta Plaza fue ratificada como Patrona de Melilla, Nuestra Señora de la Victoria en 1756.

Y paseando por lo que ya hemos denominado Museo al aire libre, llegaremos a la Real y Pontificia Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, la Iglesia más antigua de Melilla y sede de Ntra. Sra. de la Victoria, Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria Perpetua de Melilla y de todos los melillenses.

Su construcción comenzó en 1657 e inaugurada en 1682. Es de estilo románico en tres naves, cortada por un crucero de estilo basilica-latino. Fue concebida como templo-fortaleza y su fachada es muy sencilla, hay que tener en cuenta la pobreza de la época. También fue lugar durante siglos de enterramientos. El Altar Mayor es de gran belleza y fue terminado en 1931, sustituyendo al primitivo que se encontraba muy deteriorado. Es de estilo greco-romano en su parte superior y plateresco en la inferior, y en su hornacina principal se encuentra Ntra. Sra. de la Victoria, en una talla del siglo XVI de la escuela levantina. Junto a ella, San José protector de la ciudad y la Virgen del Rosario, dos imágenes regaladas por D. Juan de Austria.

Real y Pontificia Purísima concepción

Entrando en la iglesia a la izquierda encontramos la Capilla del Baptisterio. Presidida por el Santo Cristo de la Vera Cruz, la imagen más antigua de la ciudad y que llegó a Melilla con las primeras tropas de la Casa Medina Sidonia en 1497. Le acompaña la Virgen de la Peña, Patrona de Alhucemas. Y una amplia y severa  Pila Bautismal en concha de mármol procedente del viejo templo de Sta. Barnola.

Capilla del Baptisterio

En la Capilla del Sagrario se encuentra un bello  retablo terminado en 1751 de Antonio Valdés y sobre la mesa de su Altar está el Sagrario de estilo gótico flamenco, probablemente una de las piezas de mayor valor de esta Iglesia. Preside la Capilla una impresionante imagen (en tamaño real de la época) de Cristo el Nazareno. Atribuido a Pedro de Mena y también de incalculable valor. Impresiona la naturalidad de su expresión.

Altar del Nazareno

La Iglesia tiene varias y bellísimas Capillas más. Como el Altar de San Francisco de  Asís, Patrono de Melilla, de estilo barroco, la Capilla del Cristo del Socorro, de 1810, imagen milagrosa para los melillenses y tallada a principios del siglo XIX por un capitán de artillería con un solo tronco de madera. Hay también una bella imagen de Ntra. Sra del Carmen, de las pocas en las que aparece sentada con el niño en brazos. Y a sus pies dos ánimas benditas. El Altar barroco de la Divina Pastora también imagen atribuida a Pedro de Mena a cuyos pies hay un impresionante Cristo Yacente. La Capilla del Rosario o de los Dolores, de estilo renacentista y de gran belleza. Bajo su suelo hay varios enterramientos. El Altar de Jesús de la sentencia y Ntra. Sra de las Lágrimas o el de Ntra. Sra. de la Caridad.

Con todo ello, esta Iglesia Pontificia es un lugar de visita obligada, que puede hacerse cada domingo y previa cita organizada por Turismo de Melilla para poder escuchar las interesantes explicaciones históricas de su Párroco. Se trata de la visita cultural que denominan “Ruta de los Templos” Y que incluye también visitas a la Sinagoga, la Mezquita y el templo Hindú de la ciudad.

Paseando por las calles de la ciudadela encontramos la Casa del Manco, dicen primer hotel de Melilla y que presume de tener la cama en la que durmió el Rey Alfonso XIII en su visita a la ciudad.

Casa del Manco

Otra espectacular vista de la costa puede verse desde las murallas que acceden a la Cala Trápana. Se accede por el Monasterio Capuchino del Conventico y bajo el cual se encuentran las cuevas que dieron cobijo a los melillenses durante las etapas de asedio.

Cala Trápana

Bajada a Cala Trápana desde el Conventico
vistas de la costa y Faro de Melilla desde Trápana

Esta cala nos ofrece unas bellísimas vistas de la costa mediterrénea, del Faro de Melilla y sus acantilados. Recomiendo la visita guiada para poder contemplar las cuevas del convento y conocer aún más la historia de Melilla, sus asedios, penurias y la fortaleza de sus habitantes a lo largo de los siglos.

Desde el Paseo de la Parada veremos el Faro (1894), el mar, el puerto y un bello atardecer sobre los tejados de la ciudad modernista que nos espera más abajo.

Faro de Melilla
 costa mediterránea desde el paseo del Faro
cañones
Paseo de la Parada

 Cañones

Atardecer desde el Paseo de la Parada

Y dejaremos la Ciudad Vieja recorriendo callejuelas empedradas, balcones, bancos, luces y sombras.

Y bajando por el Túnel de la Marina dejamos atrás Melilla la Vieja para adentrarnos en el corazón del Modernismo. Los árboles icono de la ciudad son los “ficus benjamina” podados en peculiar forma rectangular y que acompañan al paseante por toda la parte modernista. Podéis apreciarlos ya en la bajada desde la Ciudadela.

Salida por el túnel de la Marina

Antes de adentrarnos en la ciudad moderna, nos encontramos con un monumento que no quiero dejar escapar. Se trata del recuerdo a la flota pesquera de Melilla, un homenaje a los hombres del mar en la Plaza de los Pescadores. Desde 1985 y tras los acuerdos con Marruecos, todo el pescado que llega a Melilla es del país vecino.

homenaje a los hombres del mar

Melilla se quedaba pequeña a principios del siglo XIX y a ella llegó con el encargo de edificarla D. Enrique Nieto, arquitecto y discípulo de Domenech y Gaudí. La idea era que trabajara en la ciudad durante un par de años, pero fue cautivado por su belleza y su gente. Y en Melilla dejó su legado. Una ciudad que puede presumir de ser la segunda ciudad modernista de España. El Art-Decó irrumpe a partir de la Plaza de España, con sus detalles florales, elegantes balconadas, puertas abiertas a la historia.

Plaza de España

Veamos algunos ejemplos en un largo paseo por el primer tercio del siglo XX

Detalles de ventanas que llamaron mi atención.

Parque Hernández

Y tras pasear por el Parque Hernández es muy probable que nos haya entrado un poco de hambre. Melilla también ofrece opciones gastronómicas muy interesantes. El tapeo es famoso entre los habitantes de la ciudad. Con una cerveza o un vino se tiene opción a una tapa en toda la regla. Lo pudimos comprobar en La Cervecería, y nos recomendaron también La Gaviota pero estaba cerrado. Casa Marta, Aragón, Alhambra, Buenos Aires o El Ventorrillo son otras opciones para descubrir y disfrutar del auténtico tapeo melillense.

La Cervecería. Melilla

Pero los restaurantes son también fabulosos, pescado fresco, marisco extraordinario, carne excelente, deliciosas verduras, dulces variados. Materia prima de gran calidad, atención exquisita al cliente y en algunos restaurantes como en Punto y Coma disfrutaremos además de las vistas a la Ciudad Vieja más bonitas de Melilla. En Punto y Coma disfrutamos a parte de las vistas y de muchas otras delicias culinarias, de un cuscús con foie que encontré muy original y la degustación de postres, además de su estupenda presentación, ¡era exquisita!

vistas de la ciudad iluminada desde Punto y Coma
cuscús con foie en Punto y Coma
Degustación de postres en Punto y Coma

También os recomiendo si vistáis Melilla, Casa Juanito. Nos gustó tanto que fuimos dos veces a comer. Pescado fresco y muy bien cocinado, allí probamos los famosos langostinos de la Mar Chica, que es una lengua de arena muy parecida a nuestra Manga del Mar Menor, que se encuentra en la costa de Marruecos muy cerca de Melilla. (Son muy parecidos a los langostinos de El Mar Menor…) Y tuvimos el honor de fotografiarnos con Juanito a quien felicitamos por su extraordinaria carta pero también por el servicio y amabilidad de sus camareros.

Langostinos de la Mar Chica

Con Juanito en Casa Juanito

Nos gustó muchísimo La Posada de Paco Benítez donde disfrutamos de una excelente carne a la brasa.  Pero cuenta en su carta con una gran variedad de verduras de temporada y tanto carnes como pescados a la brasa.

La Posada de Paco Benitez

Espero que hayáis disfrutado de este paseo por Melilla tanto como nosotros. Quizá os haya resultado un poco largo, nosotros no dejamos de caminar y caminar durante tres días, y me ha resultado muy difícil seleccionar las fotografías. Creo que es una ciudad desconocida para la mayoría y sin embargo encierra arte, historia, mezcla cultural, gastronomía y sus habitantes son hospitalarios hasta más no poder!


Volver a la Portada de Logo Paperblog