Antes incluso de cumplir su primer año, Luke y Leia ya iban a clases de inglés para bebés. El curso viene con unos CDs y unos libros para repetir –y repetir, y repetir, y repetir...– en casa las canciones y juegos. Al principio, el primer año sobre todo, no se enteran de nada, pero de lo que se trata en realidad es de que lo pasen bien al tiempo que se van quedando con la copla, se acostumbren al sonido, los acentos y las palabras inglesas, y le pierdan el miedo. Lo que yo llamo "hacerse al oído", acostumbrarse al inglés.
Nosotros, sin ser bilingües, intentamos hablar con ellos lo que podemos en inglés. Frases simples –yo tampoco doy para mucho más–, los números, colores, nombres de animales, canciones infantiles. Tenemos cuentos, música y juguetes con sonidos en inglés. Incluso una muñeca
Con el paso de los meses, Luke y Leia han ido asimilando palabras, y expresiones. Al pequeño es habitual escucharlo soltar algo parecido a "Funny!". Y a la pequeña un "Come on!" en toda regla. O contando del "one" al "ten", pronunciando los números perfectamente. En ocasiones, nos damos cuenta de que distinguen en qué idioma estamos jugando. Les podemos decir que repitan en inglés lo que estaban diciendo, y lo entienden a la perfección. Leia incluso ha llamado alguna vez la atención de su hermando, espetándole "¡En inglés,
Estoy por quitarle las pilas al muñeco de Darth Vader que tanto le gusta a Leia, por aquello de los spoilers, y así no destriparle el gran momentazo de la saga de Star Wars a los pequeños.
Y siempre podemos volver a Londres para seguir practicando y aprendiendo.
¡Que la Fuerza os acompañe!