Así se titula un espacio radial en la emisora donde trabajo.
Dos horas semanales recrean imperecederos temas que conquistaron juventudes antaño, y todavía hoy encogen los corazones de aquellos hombres y mujeres de la “década prodigiosa”.
No importa el idioma: tanto La vida sigue igual, de Julio Iglesias, como Let it be, de Los Beatles, extraen alguna que otra desafinada y emotiva entonación de los labios de esos adultos que hoy se regocijan con el pasado tras escuchar esas letras.
Llegan las seis de la tarde del domingo y más de un adicto coloca una almohada junto al viejo equipo de radio, que emite esas ondas marcadas por la música de sus años mozos.
Afloran incluso interrogantes acerca de si perdurará de la misma manera la que escuchan los jóvenes de hoy.
Lo cierto es que a través del dial permanecen vivas y penetran semana a semana el corazón de asiduos oyentes las canciones que, sin lugar a dudas, son las melodías de siempre.
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