Como ya sabéis, no celebro la Navidad como algo espiritual ni tampoco pagano. Los puritanos nunca celebraron dicho festival de borracheras y vicio pagano sinsentido. Hoy en día, es un día puramente consumista. Pero yo diré algunas cosas más, ya que algunos querían que tocara un tema espiritual y es domingo, así que acabo de regresar de la iglesia. Me ha venido a la mente el versículo de Daniel 3:15. El escenario estaba listo, y todos estaban preparados para tocar la música como señal para postrarse y adorar la imagen que el rey había hecho. Ya sabes, la música conmueve a la gente. No hay nada que pueda animarte o desanimarte como la música. Hay un relato de la guerra civil americana que dice así: “Después de la Guerra Civil, celebraron un Jubileo de Paz. Había un coro de 10,000 voces cantando y cuando empezaron con la música fuerte, una «prima donna» cantó The Star Spangled Banner, el himno nacional. La gente se desmayó ante la emoción de la ocasión. Una mujer cayó muerta. ”Entonces, hubo música para conmoverlos. El escenario estaba listo para que se postraran y adoraran a ídolos. Solo para enamorarse de la multitud era una razón de sobra. ¿No nos detenemos a pensar en lo que esto significa? “El rey se había puesto en marcha”.
De mi academia se dicen muchas cosas, mas malas (gente envidiosa) que buenas. Eso sí, todos los transeúntes dicen «se nota que vas a la academia del señor Coll…tienes pinta de buen chico/a.» ¿Y eso? «Bueno, sabemos que el señor Coll os obliga a poneros corbatas, pantalones de vestir, y que estéis repeinaditos. La música rock no se permite en su academia». ¿Puedes soportar eso durante las vacaciones de Navidad? ¿Qué vas a hacer? ¿Caer en la tentación frívola o practicar tus matemáticas? ¿Qué vas a hacer cuando hueles el azufre del infierno que provoca tus malas decisiones y tu actitud irresponsable? ¿Puedes olerlo y seguir un camino de estrechez y responsabilidad? Una persona cristiana, racional, lógica, matemática, con patria y herencia, vale más que todos los demás ciudadanos. Simplemente, no se rinden jamás. Feliz Navidad de mi parte. Amherst, Virginia, a 25 de diciembre, 2022.