¿Tienen sabor los colores? ¿Hasta que punto condicionan una comida? En algo seguro que si lo hacen, la vista participa de forma muy activa en la mesa, igual que influyen el resto de sentidos. Un menú de 6 pasos con unas raciones muy correctas. Unos platos que complementan su estética con unos sabores y texturas muy conseguidos.
Empiezan con un aperitivo de
Trío de olivas servidas con hielo seco en un cubo de zinc que simula un jardín, incluído un árbol. De esta forma tan llamativa y especial, se inicia el menú con
Verdial, Kalamata y Gordal en forma de esferificaciones.
Continuamos ya entrando en el menú propiamente dicho con Verde Mediterráneo. Cous Cous con espinacas y rúcula, crudités y salsa Tzatziki. Como su nombre indica, el verde es el color predominante en esta ensalada donde las verduras son casi de juguete, muy pequeñas y sabrosas. La salsa al mezclarla aportaba frescura.
Con Fantasía de Coral nos vamos al naranja. El plato es un tartar de buey de mar y nécora con aire de zanahoria, una espuma con toque picante. Personalmente, tanto la presentación como el sabor me pareció especialmente atractivo, quizá el más bueno y original del menú. Para acompañar, nos traen un Albariño Nora que parecía hecho expresamente para este plato.
No es necesario complicarse la vida para llegar al color más oscuro o, mejor dicho, la ausencia de color, el negro, si lo hacemos con unos
calamarcitos en su tinta en el plato
Fuego Negro. No por ello hay que dejar de reconocer que estaban muy buenos, acompañados de salsa romesco y puerros hechos al horno.
Symfonia lavanda incluye un medallón de
solomillo de un grosor correcto si lo enmarcamos dentro de este menú y hecho al punto acompañado de una
parmentier de patata violeta que nos sugiere optar por un
Rioja Reserva Aribau Cuvée.
Damos paso al siguiente un primer postre, un intercambio de jugos
Sandía Sangría. Dos rojos intensos que, particularmente, hubiera colocado al principio de la comida más que al final, seguramente porque para acabar, me espero el dulce. Quizá este choque es lo que pretenden con este plato y salir de lo convencional. Si es así, lo consiguen.
Fuego blanco es ya un postre como la mayoría nos esperamos: los tonos blancos con avellanas en diferentes texturas son los predominantes para acabar el menú, junto con una copa de
Cava Rosado Agustí Torelló i Mata.
Además de en el
Eurostars Grand Marina Hotel 5* GL, este menú está disponible en otras ciudades en las que la cadena hotelera está presente el Eurostars Palacio Buenavista 5* (Toledo), Eurostars Hotel Real 5* (Santander), Eurostars Hotel de la Reconquista (Oviedo), Eurostars Palace 5*(Córdoba) y Eurostars Madrid Tower 5 (Madrid). Dada la cantidad de comida, la bebida incluída y su ubicación, el menú tiene un precio adecuado. Una opción diferente que aún tenéis tiempo de degustar.