Cool, froid, Erkältung, zimno, freddo, hotz, malvarma, fred, zima, koude o simplemente frigida en latín.
Frío en español. Biruji para los amigos.
Cualesquiera que sea el idioma para decirlo, el caso es que se ha convertido en la palabra más escuchada por las calles de nuestro país estos últimos días. Sirve para romper el hielo (entiéndase el juego de palabras) en conversaciones con vecinos, es excusa para marcharse pronto de un lugar incómodo, o para arrimarse a esa personita especial a la que le cuesta un poco darte un abrazo.
Los que me conocéis (y para los que no, ahora debéis seguir leyendo) (el resto también, por favor) sabéis que el frío es para mí una tortura que dura demasiados meses al año. Toda ropa me parece poca para ponerme encima, mi silueta aparece encogida contínuamente por la presión gélida del viento en mi cara, rodeada de estufas y calefactores, buscando siempre un cachito de sol por las calles… pero sigo teniendo frío. He buscado solución a mi problema y quería compartirlo con vosotros:
Dicen que… Para combatir el frío no sólo debes abrigarte, sino también tener una buena alimentación. Más sopas y guisos, o un buen atascaburras de los de Albacete. Para quién lo desconozca, se trata de un plato castellano elaborado con bacalao en salazón, patatas cocidas, huevos, aceite, ajo y nueces. Dicen también que si utilizas nieve derretida para la cocción sabe doblemente bueno.
Dicen que… Una buena idea es arropar la casa con alfombras. Mejor con colores cálidos (rojo, anaranjado, etc) que dan sensación real y virtual de calor.
Dicen que… si realizas ejercicio físico no solo te olvidas del frío sino que puedes llegar a sudar en pleno invierno.
Siempre nos quedará la bolsa de agua caliente que heredamos de la abuela. Las hay con diseños muy modernistas y hasta elaboradas con agradable tela polar en su exterior para dar, desde el primer momento, la sensación de calor que buscamos. Yo creo que me voy a pedir una a los Reyes Magos…