Revista Opinión
Dijo Confucio que “donde hay educación no hay distinción de clases”. La educación debe ser un modelo vertebrador en un Estado para garantizar la igualdad y la cohesión. Porque el saber y la educación son elementos que condicionan las opciones de progreso de sus ciudadanos y, por extensión, las capacidades de éxito de un país. Porque aunque actualmente el sistema educativo español tiene considerables disfunciones, tampoco me atrevería a catalogarlo como catastrófico, es cierto que el mayor reto y problema hoy en día es reducir la escalofriante cifra (ligeramente inferior al 30%) de fracaso y abandono escolar. Como decía Marlow, alter ego literario de Joseph Conrad, “el significado de un episodio no se halla dentro, como un meollo, sino fuera envolviendo al relato”. Debemos remontarnos tiempo atrás cuando la educación fue un instrumento más con el que hacer política. Cuando las leyes educativas se cambiaban a la vez que cambiaba el color político en el poder. No se buscó un consenso, se buscaba la confrontación a través de la educación.También sería recomendable, que el Estado pudiera disponer de los elementos necesarios para articular unos mecanismos de control sobre la calidad de la educación pública. Es inconcebible, que los criterios autonómicos condicionen el modelo educativo –público, concertado, privado- sin que el Estado tenga la última palabra.Más allá de la propuesta del PP de ampliar el bachillerato de 2 a 3 años, las respuestas no se hallan en la forma sino en el fondo. Ampliar los años educativos sin profundizar en los conocimientos desmotiva, y para aprender se necesita lo contrario: motivación.Los centros educativos deben disponer de los recursos técnicos y humanos para ejercer su labor o la selección de profesores debe ser más exhaustiva porque en gran medida de ellos –además de la labor educativa en los círculos familiares- y evidentemente de los alumnos depende conseguir una educación de excelencia, que no debe ser exclusiva de unos pocos, sino que hay que aspirar a conseguirla para todos y por todos.