Merenderos de Gijón; Casa Oliva

No se si os pasa a vosotros lo mismo, pero cuando pienso en ir de merendero, siempre me viene a la cabeza la zona de Deva, Cabueñes o Castiello. Bueno, pues que sepáis, que al Oeste del Piles también hay merenderos, y hoy visitamos uno de ellos, Casa Oliva en La Pedrera.

Desde junio a reabierto bajo nueva dirección y totalmente reformado, este merendero, que a un lado del Camino de los Campones (junto a la Iglesia), tenemos el local de toda la vida, con comedores y salones para eventos, y en frente un amplio merendero, recientemente reformado, con numerosas mesas, aparcamiento, zona cubierta y zona infantil. Si vas con críos está muy bien, ya que dispone de mesas amplias justo enfrente de la zona de juego, con lo que resulta muy cómodo. Estas son las únicas mesas, que no están atendidas, por lo que hay que ir a pedir a la barra.

En cuanto a su oferta, nos encontramos con una carta típica de merendero, donde también destaca la parrilla y que los fines de semana tienen cordero a la estaca. También tienen menú diario de 10 euros salvo los lunes que cierran, y menú sábados y domingos.

Nosotros optamos por pedir lo siguiente. De la parrilla, media de costillas, chorizo criollo y secreto. Todo estaba bastante bien, y acompañado de patatas fritas. Por otra parte, una ensalada mixta, bastante completa y abundante. También calamares de potera, que no se si serian de potera, pero estaban tiernos y ricos. Para beber un par de botellas de Sidra Trabanco y agua. Todo esto junto con tres cafés por 70 € propina incluida, para tres adultos y dos niños. Relación calidad-precio buena. La atención fue muy buena en todo momento, acercándonos la comanda a la mesa, cuando realmente no sirven en las mesas que hay junto a los juegos. En este sentido, creo que resultaría mejor que dichas mesas las incluyeran en el servicio, ya que no hay forma de avisar a la gente cuando la comanda esta lista, y luego tienes que andar con bandejas para llevar las cosas.

La experiencia fue muy buena y esperamos volver para probar nuevas cosas. Para mi un cuatro lametones.