Estamos en temporada de recolección de moras silvestres (zarzamora), un fruto que podemos encontrar en casi cualquier rincón y de forma muy abundante. Las moras son ricas en vitaminas y minerales además tienen un gran poder antioxidante. Podemos degustar su intenso y agradable sabor tal y como nos brinda la naturaleza o bien realizar algunas preparaciones con ellas, como salsas, licores, postres...pero en nuestro caso vamos a preparar una mermelada casera sin azúcar.
Ingredientes:
750 gramos de moras
100 mililitros de agua
2 cucharadas soperas de sirope de arce
Zumo de 1 limón
Preparación:
En primer lugar lavaremos muy bien las moras, ya que suelen estar en las márgenes de los caminos y contendrán polvo y algún que otro bichillo. Además debemos esterilizar los botes de cristal donde almacenaremos nuestra mermelada para evitar que queden patógenos que la puedan estropear.
Esterilización:
Una vez elegidos los botes o tarros de cristal que vamos a utilizar, los lavaremos muy bien por dentro y fuera al igual que las tapaderas. Tras esto pondremos un trapo limpio en el fondo de una olla, sobre él nuestros botes abiertos y nuestras tapaderas, lo llenaremos de agua y llevaremos a ebullición. Una vez que el agua hierva esperaremos 10 minutos y ya tendremos nuestros tarros esterilizados. Sólo nos queda secar todo bien.
Hecho esto, ponemos todos los ingredientes en un cazo al fuego. Lo pondremos a fuego medio-bajo. Iremos cociendo las moras y dándole vueltas de vez en cuando. Cuando las moras estén deshechas, retiraremos del fuego. A continuación pasaremos la batidora y después pasaremos por un colador no muy fino o un chino, con el fin de quitar la mayor cantidad de semillas posibles.
Envasado:
Llenaremos nuestros botes con la mermelada, le daremos unos golpecitos para sacar las burbujas y los cerraremos. Volveremos a colocar un trapo en el fondo de nuestra olla, y sobre él los tarros. Llenaremos la olla con agua fría hasta unos 2 centímetros por encima de los tarros. Llevamos a ebullición. Una vez que el agua esté hirviendo esperaremos 30 minutos para apagar el fuego. Dejaremos dentro hasta que se temple el agua y los podamos sacar sin peligro de quemarnos. Una vez fuera los secamos y los ponemos boca abajo hasta el día siguiente para que se produzca el vacío.