Yo sostengo que el problema catalán, como todos los parejos a él, que han existido y existen en otras naciones, es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar, y al decir esto, conste que significo con ello, no solo que los demás españoles tenemos que conllevarnos con los catalanes, sino que los catalanes también tienen que conllevarse con los demás españoles [...]; que es un problema perpetuo, que ha sido siempre, antes de la que existiese la unidad peninsular y seguirá siendo mientras España subsista.
José Ortega y Gasset
Discurso en las Cortes Españolas
13 Mayo 1932
No sabemos lo que quedará de España, Zapatero mediante, de aquí a unos años, así que el problema catalán, como lo llamaba Ortega y Gasset, quizás se vea resuelto por vía ajenas al propio quiste. El caso es que, mientras se produce el folklórico hecho, una serie de personajes estrafalarios, amamantados por la teta de un nacionalismo cutre y extravagante, como de andar por casa -nunca mejor dicho-, se ponen en evidencia día tras otro, dándonos motivos sobrados al resto de España, y de la humanidad, para solicitar,de ipso facto, la independencia física y moral de estos individuos. Casi todos han encontrado asilo bajo un escudo y unos colores, los azulgranas, que curiosamente fueron escogidos por un suizo, Hans Gamper, el cual en sus ratos libres fundaba clubes de fútbol: primero fue el Zurich FC, después el FC Barcelona. Supongo que esta es la parte de la historia, vacía de catalanidad, que no tiene eco en los altavoces de aquellos que utilizan una institución deportiva con motivos propagandísticos políticos y económicos. No todo lo que reluce es oro, y en Cataluña tampoco.
Qué pensará el pobre Mosterín, sobre el capitán más tonto de la historia del Barcelona, el tal Carles Puyol, que en el test para intelectuales que vienen haciendo los del País a esos que por ponerse una camiseta colorá dicen, y sienten, que nos representan -a mí, desde luego no será, que no he hecho nada malo ni se me acusa todavía de nada-, cuenta que prohibiría las corridas de toros y se iría de safari, eso sí, pasandose antes a cenar por un japonés, con sus pececitos coleantes medio crudos. Para rematar el impagable documento, con dos cullons, sostiene con un vigor de roble que lo que más le pone de los nervios es... ¡la falsedad!
¿Qué privilegios y derechos -esto es muy de los animalistas- tiene el Toro que no tenga el león? ¿Porqué hay que salvar al Toro y darle garrote al león, al búfalo o al elefante? ¿En que criterios `verdaderos´ se basa para autonombrase abogado de uno y verdugo de otros? Conociendo, como se conoce, al melenudo sujeto, la respuesta es mucho más simple que el manual de instrucciones de un botijo. Puyol y sus jefes del departamento `Catalonia is not Spain´desean la extinción del rey de la selva para que la única melena aleonada que se distinga en el planeta esté en Cataluña. Muerta la gallina de los huevos de oro, muerto Copito de Nieve, el objetivo es tener una fiera única en el país catalán, ya sea por fea o por rara. Desde aquí apoyariamos la acción siempre que a ´Puyi´se le pueda ir a visitar en su jaula del zoológico de Barcelona, y se le pueda dar cacahuetes de vez en cuando.
Otra historia, esta más humana, por ende mucho más triste, es la de Víctor Valdés, ese niño ya crecido, que como muchos de nosotros, estaba más ligado a la figura deslumbrante del abuelo que a los propios padres. Cuántas tardes recorrieron cogidos de la mano, nieto y abuelo, Víctor y Ezequiel, las calles del Ensache, camino de la Monumental, para disfrutar de una tarde de toros. Estampas que se daban en todos los tiempos y lugares, que pretenden prohibir y enterrar. Prohibir en el futuro, enterrar y limpiar las huellas del pasado. Por eso, algunos de los iluminatis que rigen el club, hicieron `recomendación´ a Valdés para que no asistiera más a los toros. También le dieron a entender que lo mejor que podía hacer era parar goles y cerrar la boca. Lo más triste de esta historia, es que un millonario veinteañero se deje mangonear de esa manera. Si tuviera lo que hay que tener...
Pero no todos son antitaurinos en esa casa de locos. Buenos aficionados los hay. Como muestra, la indignación que ha producido que Villa, flamante fichaje para el nuevo curso, celebre sus goles con la selección dando derechazos. Por todos es sabido, que la suerte del muletazo con la diestra es la más interpretada, vulgar y cobarde, con ese espadón formando un escudo de tela, del arte taurómaco. Lo que la directiva esperaba es que el guaje, con el que se han gastado cuarenta kilos, la cogiera con la zocata, se la presentara plánchá, al hocico y trajera, mandando, al compañero de celebración toreado hasta detrás de la cadera. Lo que no saben es que esas cosas, a dia de hoy, sólo se las pueden pedir al Cid, que por cierto, es del Madrid. Un olé por todos ellos, panda de trajeados garrulos radicales.