Argentina se sacó de encima a Uruguay y con un segundo tiempo de alto nivel vapuleó por 3 a 0 al conjunto dirigido por Oscar Tabarez. Lionel Messi enarboló una de sus mejores actuaciones con la celeste y blanca, marcó dos tantos y se llevó la mayor ovación de la noche mendocina. El mejor jugador del mundo con otra jornada inolvidable.
El equipo argentino fue de menor a mayor. A pesar de neutralizar por completo a Uruguay, quien abusó de una pose defensiva y con sus tres referencias ofensivas, Forlán, Cavani y Suárez totalmente desconectados con el resto del equipo, Argentina no pudo desnivelar en los primeros 45 minutos. Fue, intentó, probó la resistencia de Muslera, pero el cero seguía intacto.
En el complemento, con el 1 a 0, tras una muy buena jugada colectiva que Messi anticipó al arquero uruguayo, se desplomó la estructura oriental. Se vino abajo indefectiblemente, acrecentado por la salida de Diego Lugano por lesión, pese a que debió irse expulsado tras una entrada agresiva sin pelota ante Sergio Romero. Se olía el segundo gol y así llegó. Magistral pase de Messi ante dos futbolistas uruguayos, habilitación perfecta para Di María, centro y gol del Kun Agüero. Per-fec-to. La frutilla del postre vendría minutos después, tiro libre, todos esperando el disparo de Messi por arriba de la barrera, pero no, Lionel Messi la mandó por abajo, excelso remate sobre el poste defendido por Muslera, quien se estiró a más no poder pero no llegó. Sublime, inigualable, soberbio, lo que demuestra el capitán de Argentina.
3 a 0. Argentina se sacó de encima a un hueso duro de roer, al último campeón de América. Con paciencia, prestancia y la figura sobresaliente de Messi. Argumentos válidos para que la noche se cerrara del mejor modo.