Vivimos en un planeta que está siendo constantemente bombardeado por meteoritos. En realidad todos los planetas del sistema solar reciben impactos frecuentemente. Pero ocurren dos cosas, por un lado la mayoría de objetos que nos alcanzan son de pequeño tamaño y por otro lado nuestra atmósfera actúa como barrera, desintegrándolos antes de que puedan llegar a impactar con el planeta. Realmente el término " meteorito" se refiere al efecto luminoso que observamos cuando uno de estos fragmentos atraviesa la atmósfera de la tierra desintegrándose. En cualquier caso cuando se habla de meteoritos se hace referencia a rocas pequeñas. Las grandes tienen el nombre de asteroides.
También se hace referencia en ocasiones a objetos llamados bólidos. Son grandes rocas (de hasta toneladas) que se desintegran en la atmósfera provocando un gran estruendo, mucho más luminosos que los meteoritos.
¿De dónde vienen, cómo se formaron?
Nuestro sistema solar primigenio era una gran nube de gas y polvo que se fue compactando con el tiempo por la acción de la gravedad. Debido a las grandes presiones se formaría nuestra estrella y alrededor de ella orbitaban restos de material que con el tiempo a su vez también se fueron compactando dando lugar a la formación de los planetas y los satélites. Se producían multitud de impactos y combinaciones. Al final nuestro sistema quedó tal y como lo conocemos, con los planetas y satélites que lo forman y una infinidad de objetos más como asteroides y cometas que también orbitan alrededor del sol. La mayoría de asteroides se concentran en una órbita entre Marte y Jupiter llamado anillo de asteroides. Se sabe que algunos de los meteoritos que han alcanzado la tierra son fragmentos de la Luna o Marte. El resto son partes de asteroides o cometas.
Lo que es seguro es que ya han impactado grandes asteroides en nuestro planeta a lo largo de la historia. Se baraja como hipótesis que uno de estos grandes objetos fue el causante de la extinción de los dinosaurios. Tenemos el rastro de grandes cráteres que dan fe de ello, como el gran cráter de Chicxulub en Yucatán con una profundidad de 2,5 Km y un diámetro de 200 Km. Se calcula que el meteorito debía tener un diámetro de más de 10 Km. Y es seguro que volveremos a cruzarnos en nuestro camino con otro grande y destructor.
Seguimiento de asteroides
Actualmente se realiza el seguimiento de los que tienen un tamaño mayor. Según la NASA están registrados unos 1400 asteroides potencialmente peligrosos por su tamaño que podrían pasar cerca de la tierra. Se consideran peligrosos aquellos que superan un tamaño de unos 140 metros. Hay que decir que el impacto de un objeto de estas características es muy poco probable. Pero debido a las múltiples interacciones entre los cuerpos del sistema solar se producen múltiples variaciones en las órbitas que es necesario controlar.
Pero ¿qué podríamos hacer si detectáramos uno que se dirige directamente hacia la tierra?
El 30 de Junio de 1908 se produjo una gran explosión aérea en el área de Tunguska (Sibreria, Rusia). La gran explosión, similar a la de un arma termonuclear, se ha atribuido a un cometa o a un asteroide. No alcanzó la superficie por lo que no ha dejado la huella de un cráter. No se ha recuperado tampoco ningún resto. Aunque si se conocen sus efectos. También si se dispone de información registrada por estaciones sismográficas e incluso por la estación barográfica del Reino Unido, debido a las grandes fluctuaciones en la presión atmosférica que provocó.
El bólido se calcula que tendría unos 80 metros de diámetro. Incendió y derribó árboles en un área de 2.150 km², rompiendo ventanas y haciendo caer a la gente al suelo a 400 km de distancia. Las noches durante varios días eran tan brillantes en partes de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial. Se calcula que la potencia de la explosión fue de unos 60 Megatones. Para que nos hagamos una idea las tristemente famosas bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki tenían una potencia de unos 15 o 20 Kilotones. Un megatón son 1000 Kilotones, así que haceros una idea, estamos hablando de un potencia de 60 mil kilotones, es decir, unas 3000 veces la potencia de las bombas nucleares que cayeron en Japón. Totalmente devastador.
Más recientemente, en el año 2013 otro gran meteorito atravesó los cielos rusos. En esta ocasión sí llegó a dejar restos significativos, el más grande de 650 Kg. que impactó contra el lago Chelyabinsk. En su explosión (a unos 20 km de altura) liberó una energía de 500 kilotones, 30 veces superior a la bomba de Hiroshima. Era una roca de unos 20 metros de diámetro que entró a una velocidad aproximada de 19 Kilómetros por segundo.
Según Charles Bolden, administrador de la NASA en Estados Unidos, si un asteroide de gran tamaño se aproximase a la tierra ningún país podría hacer nada por lo que ante una situación de este tipo, dijo, solo quedaría "rezar". El reloj sigue contando, ¿avanzaremos tecnológicamente lo suficiente para ser capaces de evitar el desastre antes de que la lotería cósmica nos premie? ¿O estaremos condenados a la próxima gran extinción?
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