Uno de los propósitos de Año Nuevo era conseguir una de las plumas con las que premian la mejor carta al director en el Magazine de La Vanguardia y en el XL Semanal. Pues bien, aunque no me suelo dar palmaditas en la espalda –más que nada porque tengo los brazos cortos y no me llegan–, ahí va una ración de vanidad: este domingo, mi carta aparecía en el Magazine como destacada.
No podía creérmelo cuando la vi, la verdad. De hecho, ese texto lo publiqué aquí porque hacía un par de semanas que lo había enviado y dudaba de que lo hubieran tomado en consideración. Pero a veces los deseos se cumplen. Supongo que consiste en apretar muy bien los ojos cuando los sueñas, para que no se te escapen.
Ese mismo día, mi amiga y compañera Lorena –autora del blog La gata Flora, una de las joyitas de la blogofera sextera– me regalaba esta muñeca.
Tiene mucho valor. Primero, porque la ha hecho ella misma, con esas manitas. Segundo, porque sonríe. Y cada vez que la prenda en una chaqueta recordaré sus palabras, dibujadas en esta página con la que ponía punto y final al primer cuaderno del año.