Revista Coaching

Mi atención es tu tesoro

Por Jofoba @jordifortunybad

Me atrevería a afirmar que cada día se publican en el mundo centenares de textos como este. Relacionados directamente con nuestra débil capacidad de atención. Y el problemón que esto representa.

Puedes encontrar desde papers de prestigiosas universidades, a panfletos llenos de obviedades de algún todólogo.

No es para menos. Estamos frente a uno de los mayores retos de nuestra era. El poder «estar a lo que estas» ya es un producto de lujo.

Lo bueno del caso es que a pesar de todas las evidencias, seguimos pasando olímpicamente del tema. Vamos haciendo que sí, afirmando con el ceño fruncido que así no se puede vivir. Pero nada, no se percibe una tendencia hacia la mejora. Más bien lo contrario.

La interrupción forma parte de nuestro paisaje. De hecho, es normal leer la frase de que se «compite por nuestra atención».

A mí me gusta más expresarlo tal como es: en la vida diaria y en el mercado, gana quien logra interrumpirte más y mejor.

El otro día, sin ir más lejos, estaba en un curso y un participante me comentó lo que le había sucedido justo en ese momento. Una persona le había enviado un email, al no responderle inmediatamente, le envió un mensaje por Teams, y al seguir sin responderle, fue físicamente a interrumpirle.

Este es el mundo en el que vivimos. Este es el mundo que nos hemos dado.

Imagínate una certificación para organizaciones y personas «focus friendly». Al estilo de estas chapas del «best place to work», o «environmentally friendly».

A ver quien tiene narices de comprometerse a no interrumpir y a fomentar la cultura de la no interrupción.

Ya me imagino a las organizaciones contando cuando van a dejar de vender o cuanto van a atrasarse todos esos glamurosos proyectos. O a ti mism@, viéndote con los brazos cruzados con todos tus temas parados porque nadie te hace lo que le has pedido sin interrumpir.

Lo bueno del caso, aunque suene raro, es que el principal perjudicado de la interrupción no es el interrumpido sino el interruptor.

Sí, seguramente lograrás que alguien te haga algo inmediatamente, o bien lograras alguna venta por ya puro hastío.

Pero ese algo tiene muchas garantías de no estar todo lo bien hecho que podría estar. Y esta venta, tiene muchas garantías de ser fugaz, porque si esta es tu manera de hacer las cosas, estoy seguro de que la próxima vez tu competencia se las apañará para interrumpir mejor que tú.

Además. A mí, personalmente, no me gusta poner a las personas de mi entorno de mala leche. Seguramente a ti tampoco.

En realidad, si tú te pones de mala leche cuando te interrumpen, ¿por qué lo haces?, ¿por qué sigues interrumpiendo?

Te entiendo muy bien, porque vas a queda desposicionado respecto al resto. O porque lo tuyo es tan importante que vale la pena que quien sea pare lo que esté haciendo para atenderte.

El poder de atracción de esta actitud es mayor que la del agujero negro Gargantua de Interstellar. Imposible escapar.

O no.

Disponemos de soluciones. Pero hay que querer aplicarlas.

Te recomiendo que empieces a pensar en ello, porque, en mi opinión, la situación actual es ya tan insostenible que va a cambiar sí o sí.

Del mismo modo que ya se empieza a olisquear que la economía que nos viene va a ser de no crecimiento (porque el crecimiento desaforado es insostenible), va a llegar la cultura del respeto a la atención.

Y mejor que te pille con los deberes hechos.

La entrada Mi atención es tu tesoro se publicó primero en Efectivitat.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas