Revista Psicología
De K.M.W. " Hola queridos lectores. Soy una chica que tiene una enfermedad que se llama trastorno bipolar. Consiste en dos polos: el polo eufórico y el polo depresivo. Cuando estás eufórico te comerías el mundo, te llevas bien con todos, te crees que eres la mejor, no necesitas dormir mucho; pero lo chungo es cuando estás depresivo, no te quieres duchar, no quieres salir, no quieres hablar con nadie y, lo peor de todo, no quieres vivir. Pero ahí no queda la cosa, también vienen los intentos de suicidio.A pesar de todo también he conseguido estar estable. Tengo muchos amigos, sé patinar, bailo, canto, nado y tengo muchas cualidades. Las personas con trastorno bipolar pueden llevar una vida normal con un tratamiento y una buena vida sin problemas. Podemos ser muy felices ".
De J.A. " Pienso que mi enfermedad me viene desde la cuna. Sí es cierto lo de la genética porque yo nací con ella. Eran unos tiempos en los que una enfermedad mental estaba asociada a unos síntomas muy agudos. La gente veía la locura, que así lo expreso, muy acentuada. No había los adelantos de hoy y muchas personas enfermas estaban aisladas en su propio entorno. Era una manera de pensar de nuestros semejantes discriminatoria. Yo en mi niñez tenía pródromos que eran de una enfermedad mental y mi propio entorno hizo que la genética despertara tan precoz. Cada uno es lo que puede y no lo que quiere. Pienso que si no se dan las circunstancias, en algunos casos la genética no irrumpiría, pero de eso hace cuarenta años y hoy tengo la suerte de que se haya avanzado mucho y yo mismo haya avanzando por mi madurez y la ciencia, lo cual me ha dado mejor calidad de vida. Tengo metas y una es vivir con mi enfermedad sin que se vea trastocada por la misma vida, vivir como uno más en esta sociedad ".
De N. H. " Yo soy esquizofrénica. Desde hace dos años largos empecé a sentirme mal, pero gracias a los médicos y psicólogos me he sentido mejor. Estoy pendiente de salir pronto de este centro a un piso tutelado. Espero que me vaya todo bien. Tengo un poco de miedo pero lucharé hasta el final; espero ir a Tomé Cano a un piso tutelado y me recuperaré para estar preparada hacia el futuro. He hecho muchos amigos aquí. Pienso luchar con todas las fuerzas para que todo me salga bien. Y espero que todo salga como yo quiero ".
De L.M.G. " Me diagnosticaron trastorno bipolar cuando cumplí los 17 años. Mi primer ingreso en Febles Campos. Soy trastorno bipolar maniaco-depresivo. Mi segundo ingreso con trastorno de personalidad con un capitán psiquiatra en Las Palmas. En la legión llevaba nueve meses sin tomarme la medicación en el Tercio Don Juan de Austria III de la legión. Fui policía militar seis meses y escolta de mi coronel Calleja tres meses y, cuando me iba a dar la blanca y había acumulado mi permiso para salir rápido y ahorrarme dos maniobras militares legionarias, me enfermé, tuve una recaída. Mi enfermedad la oculté en secreto. Al final se me terminó el contrato y me fui a mi casa. Ahora tengo 36 años. Hay que tomarse la medicación a rajatabla estricta de por vida. Deporte sin vicio y alimentación sana ".
De J.J. " Soy un varón pobre y enfermo, pero como miles de cristianos de algunas partes del mundo me considero uno más de tantos afortunados. El que ERA, ES y Será por la eternidad, me acoge como Prosélito “Sólo un hijo más” (Prosélito= persona convertida al cristianismo). Su predilecto, MI SEÑOR, me salió al encuentro en esta larga aventura, es mi mejor amigo… No le quitaron la vida, él la dio voluntariamente por mí y por la Humanidad entera. Nadie me dictamina, tengo libre albedrío y voluntad propia. Su carga es llevadera y su yugo ligero. No tengo nada en contra de sexo, raza o religión. Me he hecho flexible y me hago a todos los hombres “Muchos” tratándolos con mucho tacto y otros evitándolos. Sólo hay diez mandamientos a seguir. No estoy de acuerdo con los abortos, matrimonio homosexual, la adopción por ellos y ellas de niños. Ni con la eutanasia, aunque tal vez en treinta años la pida a gritos "
De C.R.T." Mi enfermedad empezó a los catorce años y desde entonces lo he pasado mal. Pastillas que no me hacían nada. Después, con otra pastilla que me mandó la doctora me estuve curando y gracias a ella estoy más contenta ".