Mi experiencia con... Olia de Garnier

Hasta el momento nunca había sido demasiado amiga los tintes permanentes porque la palabra amoniaco para mí es sinónimo de estropear el cabello así que, a la hora de teñirme, solía usar un tono sobre tono.
El problema de este tipo de tinte es que no cubre todas las canas y al irse con los lavados al final es como si no te hubieras echado nada por lo que cada dos por tres tienes que volver a teñirte.

Hasta que un día descubrí Olia de Garnier, la nueva coloración permanente sin amoniaco que contiene un 60% de aceites florales y que  no estropea el cabello.

Si os soy sincera, al principio, no me inspiraba demasiada confianza porque no me terminaba de creer demasiado que hubiera un tinte permamente que no estropease el cabello, pero después de leer muchas opiniones en algunos blogs y foros me animé a probarlo.

La caja contiene:

1. Un tubo de crema reveladora
2. Un tubo de crema colorante
3. Un frasco/aplicador Olia
4. Un tubo acondicionador multiaplicación sedoso y brillante
5. Un par de guantes

Además, en el interior también encontramos un folleto con las instrucciones de uso que te explica paso a paso cómo mezclar el productos (algo muy sencillo ya que incluso en los botes hay impresos unos números que te indican el orden en el que los debes usar) y cómo debes aplicar el tinte dependiendo de si te has teñido antes o es la primera vez.

Como no habían pasado tres meses desde que me teñí por última vez primero me apliqué el tinte en las raíces y, tras esperar 20 minutos, continué con el resto del cabello dejándolo actuar otros 10 minutos.

Después masajeas un poco el cabello, añades una pequeña cantidad de agua y, sin quitarte los guantes, te lo aclaras con abundante agua.

Y, para finalizar, se aplica el acondicionador que permite un fácil desenredado además de intensificar el color y aportar brillo. 

El tubo de acondicionador da para varias aplicación, no es de un sólo uso como en algunos tintes.
MI OPINIÓN

He quedado más que satisfecha con este producto.

- APLICACIÓN: Es muy fácil de aplicar gracias a su frasco aplicador y no gotea como otros tintes que cuando acabas de echártelos parece que haya habido una matanza en el baño.

- OLOR: Otro punto a favor es el aroma. Me recuerda al olor del Tico Tico de Sandía (los que seáis del 80 como yo os acordaréis de este chicle) y el aroma no es nada cargante. De hecho, ¡dan ganas de comérselo!

- COBERTURA: En mi caso, ha cubierto todas las canas porque no son duras. Es decir, en este caso, este tinte al ser oleoso no la cubriría del todo. Éste es uno de los inconvenientes.

- DURACIÓN: Aún no os puedo decir nada porque me lo he aplicado hace una semana pero al ser permanente al menos me durará más que el tono sobre tono así que con eso me doy por satisfecha.

- RESULTADO: Sin duda, lo que más me gusta es como deja el pelo. 

Al ser un tinte permanente pensaba que el cabello quedaría más áspero y sin brillo, pero no es así porque, gracias a su composición a base de aceites florales, este tinte cuida el cabello y lo hidrata así que después de su aplicación queda suave y con mucho brillo algo que, aunque había leído opiniones, no me creí hasta que lo usé.

Aquí tenéis la foto del resultado final. 

Para acabar, os recomiendo que, si tenéis el pelo largo compréis dos cajas porque con un sólo producto no es suficiente para teñir todo el cabello.

Con tintes así merece la pena pasarte del tinte temporal al permanente.

¡Olia de Garnier ha pasado mi examen con nota! 

¿Habéis usado ya este tinte? ¿Qué os parece esta nueva coloración?