Desde que empezó la primavera (y con ella el cambio de horario) mi hijo de 4 años está irritable, todo le molesta, llora por todo, no deja de quejarse. Seguro que a más de una mamá o papá os está pasando lo mismo que a mi. Y es que, aunque creamos que los niños se adaptan pronto a todo, no olvidemos que no dejan de ser niños y que cualquier cambio les afecta mucho más que a nosotros. El cambio de estación, el cambio de horario y todo lo que ello lleva asociado provoca que nuestros peques estén más irritables de lo habitual, por lo que durante estas primeras semanas deberemos tener más paciencia con ellos y tratar de calmar su mal humor.
¿Qué pasa con la llegada de la primavera? ¿Por qué mi hijo está irritable?
Dice el refrán que la primavera la sangre altera, y algo tendrá de verdad porque desde que empezó mi hijo está irritable hasta el punto de no poder con él. Y es que aunque intentemos mantener los mismo hábitos y rutinas, la llegada de la primavera comporta más horas de luz y por tanto de actividad en el exterior. Además no olvidemos que hace apenas unos días se produjo el cambio de horario, una hora menos de sueño que ha vuelto a nuestros hijos más irritables de lo normal.
Los efectos más significativos del cambio de horario que podremos observar en nuestros hijos van a ser:
- un aumento de la irritabilidad y, en consecuencia, de las tan temidas rabietas. En mi caso deben haber aumentado el doble.
- Disminución del apetito de los más pequeños,
- dificultad para concentrarse,
- dificultad para conciliar el sueño y,
- por último, un menor rendimiento escolar debido al aumento del calor y del cansancio acumulado a lo largo del curso escolar.
Afortunadamente estos efectos son pasajeros ya que no suelen durar más de una o dos semanas, y es lo que se conoce como astenia primaveral, que no se diferencia en exceso de la que experimentamos los adultos.
En definitiva, la astenia primaveral infantil, es una sensación de agotamiento o de desgana que los niños no saben expresar a nivel verbal. Recordemos que sus habilidades lingüísticas, sobre todo a nivel expresivo, son limitadas y no saben poner palabras a todas las sensaciones y emociones que sienten. Debido a esta dificultad lo que podemos observar son síntomas conductuales y emocionales.
¿Qué hacer en estos casos, cuando nuestros hijos están irritables a causa de la primavera?
Tal y como hemos estado viendo estos cambios son debidos a la adaptación del organismo y como tal debemos ser pacientes porque en breve pasarán. No obstante deberíamos seguir unas sencillas pautas para intentar no exacerbar aún más esta irritabilidad producto del cambio estacional. Por ejemplo:
- Seguir con nuestros hábitos y rutinas e incorporar nuevas actividades paulatinamente. Esta es la estación perfecta para pasar las tardes en el parque pero no olvidemos que los niños de entre 3 y 5 años salen agotados de sus clases, está bien que se desahoguen jugando pero demasiada actividad les altera en exceso.
- Acostarles pronto, aunque haya claridad en la calle, los niños necesitan acostarse no más tarde de las 9 de la noche para poder descansar.
- Mantener una buena y variada alimentación sin descuidar su hidratación.
- Incrementar nuestra dosis de paciencia, gritar y reñirles constantemente aumenta la irritabilidad y es contraproducente para todos.
- Aplicar sentido común y empatía para entender sus cambios de humor, si a nosotros nos afecta la primavera y todos sus cambios imaginaros a un pequeño de 3 o 4 años que además no tiene la capacidad lingüística para explicarnos qué le pasa.
En unos días pasará y estaremos todos adaptados al nuevo horario, preparados para disfrutar al máximo esta estación tan maravillosa.
Foto cortesía www.pixabay.com
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