¡Hola! ¿Qué tal estáis? ¿Qué tal se presenta este fin de año? ¿Algún plan especial para esta noche? A much@s os resultará curioso lo que os voy a decir, pero aquí en Pamplona existe una tradición que consiste en disfrazarse en Nochevieja. Es muy divertido para quien le gusta disfrazarse y para los que no nos gusta, está divertido el ver las ocurrencias de la gente con los disfraces. No sé si os he dicho alguna vez que no me gusta nada disfrazarme, nada de nada. Por eso en noches como Nochevieja, salvo en épocas de adolescente que me veía más obligada a hacerlo, no me suelo disfrazar. Para no dar la nota, el año pasado y el anterior aproveché y dije que iba vestida de embarazada y salí medio airosa de la ocasión.
Hace unas semanas me encontré con estas imágenes navegando por
Internet.
Que la lentejuela se lleva en el día a día es ya un hecho, pero me sorprendió más todavía cuando vi lentejuelas gigantes y sobre todo cuando vi esta foto.
Esta imagen indiscutiblemente me transportó al vestido de Nochevieja con más antigüedad que guardamos en la caja de los disfraces. Un vestido de egipcia que mis padres compraron en el ’87 para una fiesta de disfraces en un crucero por el Nilo en Egipto. Este vestido, junto a uno de cerdito y a otro de preso, ha tenido larga vida en mi casa y se aprecia en la caída de lentejuelas y en que nos falta el velo para la cabeza. No que yo los haya explotado, pero mis hermanos los han llevado a su máximo potencial.
Pero hoy, voy a ser yo quien lo vista, he decidido disfrazarme, disfrazarme porque está de moda, ☺, porque sabiendo lo de la foto de arriba me quedo más tranquila si me lo pongo. ☺ ☺ Así, que este será mi look esta noche, lleno de lentejuelas de luz para empezar el 2013 lo más iluminada posible.Y brindo con vosotr@s porque este 2013 os traiga todo lo que deseáis y porque sea para todos un mejor año. ¡Feliz comienzo de año!
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