Revista Opinión

Mi mochila

Publicado el 27 noviembre 2015 por Lulesi

lucas

Una infancia oyendo “La Pirenaica”,  una juventud leyendo el “Manifiesto Programa”, un megáfono a pilas que apenas aumentaba la voz, reuniones clandestinas en La Palomera, correr delante de los grises el 30 de abril, aprender de Manolo Rubia, entro en “las Juventudes”,  un sindicato independiente de la patronal, los partidos políticos y el gobierno.

El Jurado de Empresa, las asambleas de las 11, el miedo escénico, “te vas a ganar treinta años de estancia en el Hotel Sol”, “quedamos a las doce enfrente El Santuario para hacer la pintada”, Aborto legal, Martín Villa lo es. Cojo el carnet del “Partido”.

El despacho laboralista, firma la demanda, “tú hablas a la Asamblea”, una treenka con botones de hueso, el contacto de Madrid, la glorieta de Atocha, el periódico “Informaciones” de ayer debajo del brazo, Bar “El Brillante”, la detención, “sí, soy de Comisiones”.

Vamos a la mani. La compañera liberada. Una buhardilla en la calle Libertad. El “39”donde la música es de Aznavour.  Me estreno con el amaretto. El pub “La Boheme”. Ese tío es de la Social.

¡Compañero, únete! Una camisa de hilo. El mar. Tengo la piel quemada. La playa al atardecer. Asamos sardinas en la arena y gritamos: ¡Dolores a Madrid! Oímos las olas de púrpura.

¡Como mancha esta vietnamita! Tira ya el cliché. Saca quinientas. ¡Amnistía y Libertad! Hay que buzonear el barrio de Cañero. Duermo en Villaverde, en casa de Marcelino. Quedo con María Amor. El informe económico lo hará Cienfu. El proyecto de convenio hay que debatirlo en la Asamblea.

Conferencia en “el Juan”. Cuidado, viene el “Cara Rana”, el que torturó a Ani. Me llama Julio. No se dice nada de la lucha del metal. Me caen bien los anarcos. Leo a Bakunín. Vamos a negociar con el Comité Intercentros. Salce coordina.

Un cuarto de siglo en la lucha sindical, negocio convenios, hago huelgas, doy charlas, voy a intentar convencer a los huelguistas del campo en Bujalance. Vuelvo a las dos de la madrugada. Tengo frío. Y hambre.  Lucho, luego existo.

He aquí el inventario de mi fe.

Esta es mi mochila.


Archivado en: Uncategorized

Volver a la Portada de Logo Paperblog