Revista Cine
(JUAN JESÚS DE CÓZAR) Nominada a los Premios Forqué 2018 como Mejor Película Latinoamericana, esta cinta escrita y dirigida por Carlos Andrés Morelli ha llegado a nuestras pantallas un par de semanas antes del Mundial de Rusia. “Mi mundial” es una coproducción entre Uruguay, Argentina y Brasil, que traduce en imágenes el best seller del mismo título escrito por el ex futbolista Daniel Baldi, con prólogo de Diego Lugano, que fue capitán de la selección uruguaya. La novela fue declarada Libro de Oro en 2010 y 2011.
“El camino es la recompensa”. En este eslogan promocional han querido resumir los productores del filme las muchas y buenas ideas que contiene “Mi mundial”, que cuenta la historia de Fernando Torres “Tito”, un genio con la pelota. Con sólo 13 años le ofrecen un contrato con el que podría dedicarse a lo que más le apasiona, el fútbol, y sacar a su familia de la pobreza. Poco preparado para lidiar con las presiones de la vida de un jugador profesional, abandona la escuela y se aleja de los amigos y de Florencia, la chica que le gusta. A un paso de consagrarse, una circunstancia inesperada lo obligará a enfrentarse con el mayor desafío de su vida.
Junto a jóvenes intérpretes como Facundo Campelo en el papel de Tito o Candelaria Rienzi en el de la madura e inteligente Florencia, destacan los veteranos Nestor Guzzini y Verónica Perrotta como los padres de Tito. Rodado con ritmo y con el estilo realista de las producciones de temas sociales el director reconoce la influencia de Stephen Daldry y su “Billy Elliot” , el filme logró un gran éxito en Uruguay y fue apoyado por conocidos futbolistas como Diego Godín o el seleccionador nacional Óscar Tabárez.
A pesar de su apariencia, “Mi mundial” no es exactamente una película sobre fútbol, que es solo el contexto sobre el que está construido el relato. Porque la cinta trata sobre todo de la familia: de las preocupaciones de los padres de Tito por su educación y sus estudios, de las dificultades económicas que atraviesan, de sus dudas, motivaciones, ilusiones, desánimos… Y también del mejor legado que pueden dejar a Tito y a sus hermanos: el ejemplo de una vida digna y honrada, forjada a través del sacrificio y del esfuerzo. No vendría mal que muchos jóvenes deportistas (chicos y chicas) y sus padres viesen esta película: seguro que les hace pensar.