Kyōryū no Terano senpai wa Dake wa Tabetakunai
Sabíamos que podía pasar y nadie hizo nada por evitarlo... La dinomanía ha terminado derivando en auténtica dinofilia. Si la novela erótica dinófila arrasa en Occidente (ya te hemos hablado por aquí sobradamente del género), las perturbadas mentes niponas han desarrollado todo un subgénero en el manga, que va del shojo para adolescentes al hentai. Supongo que todo se reduce a que lo que más les gusta dibujar son chicas y dinosaurios, y se trata de una excusa como otra cualquiera. El caso es que, a diferencia del dinoporno occidental, centrado en el sexo entre especies distintas, el manga se ocupa de las relaciones entre personas e híbridos de humano y dinosaurio. Habría que psicoanalizar a más de un autor para averiguar los motivos pero, la conclusión final es que, también en esta materia, Tyrannosaurus es el favorito indiscutible. Veamos en qué se ha concretado en el manga el sex appeal del T. rex.
Bōkun Tyrano-san
Bōkun Tyrano-san (2004), de Jōji Manabe (1964)/Shii Miyone (1963), está protagonizada por un tiranosaurio (macho) al que un meteorito envía a nuestros días, donde se encarna en la sexi adolescente Kana. Tras el lógico mosqueo por haber sido reducido a la miserable condición de primate, busca ayuda en su compañero de clase, Shibata, que está locamente prendado de ella.
T-Rex na Kanojo
Sanzo publicó T-Rex na Kanojo (Mi novia es una T.rex, 2014) en la revista online de Kadokawa Gene Pixiv. Churio es una atractiva joven… de cintura para arriba, aunque tiene patas (también las superiores) y cola de terópodo. En esta ucrónica serie, los dinosaurios
consiguieron finalmente escapar a la extinción evolucionando hasta conseguir algunos caracteres humanos y, en la actualidad, ambos coexisten sin mayor problema. La historia de su romance con el humano Yuma se centra precisamente en los problemas adaptativos que les supone sus diferencias. Fue recopilada en dos tankōbon, en 2015-2016.
Murenase! Seton Gakuen
Murenase! Seton Gakuen (Bungo Yamashita, 2016) está ambientada en una escuela secundaria a la que acuden toda clase de animales y entre cuyo profesorado encontramos al tiranosaurio Gigasu Terano-sensei. En los capítulos 107-113 (2020), Yamashita narra el romance del profesor con
Tosako-san una híbrido de humano y carcharodontosaurio, aunque aquí los caracteres saurios se reducen a una cola de lagarta. Tosako-san reaparece en el capítulo 149 (2021) como nuevo fichaje de la escuela.
Kyōryū no Terano senpai
En Kyōryū no Terano senpai wa Dake wa Tabetakunai (Sayaka Yamamoto [1], 2020), el dino ya no es la chica, sino el chico (Tirano-senpai), el encargado de la librería donde comienza a trabajar Shuri. Pese a sus diferencias (o tal vez, precisamente por éstas), surge algo entre los dos. Pero en la primera cita, Tirano parece realmente muerto de hambre... ¿es amor o apetito lo que le despierta Shuri? Esta serie apareció en la revista Princess de Akita Shoten.
Kyōryū-chan to Kaseki-kun
El último manga en explotar este subgénero es, de momento, Kyōryū-chan to Kaseki-kun (Jun Mumoto, 2022). Kazuya Kobake, un friki de los dinosaurios, descubre el primer día de clase en el instituto el secreto de Rinko Shinobu, una compañera que, en realidad, es una híbrido de
humano y tiranosaurio y, cuando se distrae, deja aflorar algunos de sus caracteres de terópodo. Según avanza la historia, veremos que no es la única. Todo se debe a los extraterrestres, que los han preservado así de la extinción, camuflándolos entre nosotros. Serializada en Young Gangan (Square Enix), el año pasado se publicaron los dos primeros tankōbon y en mayo de 2023 el tercero.
Bueno, pues ya sabes. Si tu próximo ligue muestra un comportamiento extraño (apetito demasiado voraz, se mira continuamente en los espejos por si algún rasgo pudiera delatarle...), puede que te hayas liado con un dinosauroide... ¡Luego no digas que no te avisamos!
Kyōryū-chan to Kaseki-kun
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[1] No confundir con la popular cantante japonesa.