Cada vez es más difícil esperar a que me quieras
Acordar con mis recuerdos, que quien fuiste, la que eras
Aún sigue de una pieza enjaulado entre mil miedos
Y yo no puedo ni siquiera acercarme a quien anhelo.
Cuando tu pareja tiene depresión, se entra en una fase habitualmente desconocida y empañada por una enfermedad que afecta a quien la padece a la vez que cala en todos los integrantes del hogar. La depresión puede llegar a instalarse como una barrera silenciosa entre ambos. Es probable que te encuentres en estos momentos sin proponértelo siendo todo un experto en convivir con una falta de deseo y disfrute palpable. Por otra parte, aunque la reducción de la apetencia sexual de tu pareja te afecte profundamente, ni siquiera es el problema más destacable entre ambos, pues la persona que amas y que ves cada día junto a ti se parece cada vez más a una sombra de lo que un día fue, sin energía y sin apenas interés en cualquier cosa.
Si la depresión de mi pareja me está afectando ¿qué puedo hacer? Si tienes miedo es comprensible, sentir miedo ante lo desconocido es el rasgo más humano, lo importante es qué hacemos con ese miedo, saber pedir ayuda y formarnos en aquello que desconocemos. No tener conocimientos sobre lo que supone la depresión para quien la padece, puede influir en tu actitud y acciones pudiendo llegar a ser contraproducentes. Por eso es importante conocer qué entendemos por depresión, lo que implica y cómo podemos ayudar a la pareja.
¿Qué es la Depresión?
Lo primero es tener en cuenta que no hablamos de trastorno único. Los trastornos depresivos son un conjunto de trastornos que forman parte del espectro de desregulación del estado de ánimo. El “Trastorno depresivo mayor” comprende una serie de síntomas que alteran profundamente la vida de la persona en lo social, laboral y familiar (*), pero cuando hablamos de depresión no nos referimos únicamente a la depresión mayor, ya que las características de la sintomatología depresiva pueden ser muy variadas, y con ello el diagnóstico, el tratamiento y la evolución del paciente.
Por ejemplo, pensamos en la tristeza como característica esencial, pero hay casos en los que la desregulación del estado de ánimo se inclina predominantemente a la ira (“trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo”). En otros casos los síntomas pueden ser de una intensidad moderada persistente pasando más desapercibidos (“Trastorno distímico”), puede obedecer incluso a cambios hormonales (“Trastorno disfórico”), ser producido por consumo de sustancias, tener carácter cíclico estacional y es posible que curse con sintomatología ansiosa, entre otros. Es importante que el especialista haga una evaluación completa de la sintomatología y su evolución para un correcto diagnóstico.
Sintomatología recogida para el Trastorno depresivo mayor es la siguiente: (1) Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día y casi todos los días. Emociones de tristeza, vacío, irritabilidad o desesperanza y conductas asociadas como llanto.(2) Pérdida de interés o de placer por realizar actividades, la mayor parte del día, casi todos los días.(3) Variación importante del peso sin proponérselo. Generalmente una pérdida de peso sin hacer dieta o una variación notable del apetito.(4) Variación del sueño, insomnio o hipersomnia casi todos los días.(5) Los convivientes informan de enlentecimiento motor (no solo sensación subjetiva de enlentecimiento).(6) Pérdida de energía, fatiga.(7) Pensamientos y sentimientos relacionados con la Inutilidad o culpabilidad excesiva.(8) Reducción de la capacidad de concentración y toma de decisiones.(9) Pensamientos de muerte recurrentes.
¿Cómo podemos ayudar a nuestra pareja?
La pareja no elige estar así y no es para siempre
Como convivientes, debemos tener presente que la depresión es una enfermedad que, como tantas otras, no se elige tener. Una de las dificultades iniciales es entender que una persona con una enfermedad mental no se puede comportar como si no la tuviera, no es cuestión de voluntad, ni suya ni tuya. Pues, aunque puedes hacer cosas por el bienestar de tu pareja, no está completamente bajo tu control que se restituya su salud. La depresión se ha ido instalando en tu pareja, y revertir este proceso va a requerir tiempo, paciencia, comprensión y terapia. El diálogo con una persona conviviente de confianza, y de actitud compasiva y firme puede ayudar en la modificación del leguaje interno de la persona depresiva, y ser de gran ayuda durante el proceso terapéutico. Ten en cuenta que la naturaleza de la depresión es episódica, y es tratable con la ayuda adecuada.
Tu bienestar depende de ti
Si estás dispuesto a preservar tu relación, hay que priorizar a cada una de las personas que las forman, y una de ellas eres tú. Es esencial recordarte la importancia de seguir cultivando todos esos otros aspectos de tu vida que te ayudan a sentir tranquilidad y bienestar. Dedicarte esos pequeños espacios propios de disfrute ya sea en soledad, con familiares y amigos, tomarte un respiro va a ser vital para que no te pierdas a ti mismo, ypara repongas energía en ese proceso.
Antes hablábamos de firmeza, recuerda que no debes cambiar tus hábitos para adaptarte por completo a los de tu pareja, no hay que abandonarse a la tendencia natural de hacer lo mismo (nada en el sofá ocama). Por lo que es mejor ser todo lo comprensivo que puedas, pero continúa con tu propia vida. Hay que encontrar el punto medio entre estar disponible y acompañar a la pareja, manteniendo a su vez una rutina normal en el día a día y tiempo para tu ocio.
Sentimientos de culpa
Es muy habitual que aparezcan sentimientos de culpa por ser capaz de seguir disfrutando de las pequeñas cosas de la vida. Por otra parte, también es muy habitualque la persona con depresión sienta culpabilidad al pensar en los efectos de su enfermedad en los que le rodean. Por ello, si te sientes feliz no te niegues ese sentimiento u otros. Puede ser más productivo de lo que piensas compartir tus emociones (aunque ni siquiera el enfermo lo vea así), ya que, aunque sea brevemente estas acercando a la otra persona a un estado de ánimo diferente a la tristeza y la desidia.Y más allá del efecto en tu pareja, ten presente que tus propios sentimientos son importantes.
No es momento de terapia de pareja
La depresión cursa con algunos síntomas como pérdida de la libido, retraimiento, falta de interés, que pueden percibirse como un rechazo en la relación, traer dudas y por tanto verse como un problema de pareja. Sin embargo, hay que diferenciar dos escenarios diferentes.
1. La relación tiene altibajos a partir de esta depresión
Uno es que la relación haya sufrido altibajos a raíz del cambio de estado de ánimo de tu pareja, consideras que antes era todo muy distinto y ahora te sientes cansado y contrariado de que últimamente recaiga en ti el peso de avivar la llama y su sonrisa. En estos casos especialmente la relación puede verse fortalecida tras superar un momento tan vulnerable como este momento de adversidad que estáis atravesando.
2. La relación ya venía afectada de antes de esta depresión
Otro escenario posible es que ya hubiera una mala comunicación, los malentendidos y reprochesfueran comunes, siendo últimamente la depresión de tu pareja lo que ha hecho darte cuenta de que seguís estando mal, pero de otro modo muy distinto. En el segundo caso, sí que puede que sea necesario terapia de pareja, pero lamento decirte que no es lo prioritario. Lo adecuado es esperar a que tu pareja reciba el alta y que el terapeuta os indique el mejor momento para iniciar la terapia de pareja. Por otra parte, sí que puede ser muy interesante para ti recibir terapia para abordar cuestiones como la comunicación y establecer límites. Una cosa es que tu pareja tenga depresión y otra muy distinta que el respeto y los limites necesarios para la convivencia se pierdan. Si necesitas ayuda para manejar la situación, recurre a un profesional.
El problema de salud mental más habitual
La depresión es el problema de salud mental más habitual, y con la ayuda necesaria se puede tratar y superar. No es el fin de tu pareja y mucho menos de tu vida personal. La perspectiva en este caso es esencial para mantenerte a ti mismo activo y con un estado de ánimo optimo que te permita abordar la situación dentro y fuera de casa. Recuerda apoyarte en amigos y familiares, quizá te sorprendas recibiendo un gran apoyo y relatos similares a los tuyos. Frente a la inmovilidad y desesperanza característica de la depresión, te va a ser muy útil este apoyo para mostrar a tu pareja la necesidad de recibir terapia y encontrar el impulso de llamar para pedir cita con un tímido “vale” por su parte. Te estaremos esperando para brindaros la ayuda y la experiencia profesional que necesitáis.