Revista Opinión

Mi primer dominio en Internet. [Relato]

Publicado el 04 enero 2014 por Icaro @ateneo

Mi primer dominio fue un regalo de mi padre y su amigo Jaime. Se llamaba igual que yo: mi nombre de pila y primer apellido, seguido de un “.com”. En aquella época se oficializó que todos los ciudadanos tuviéramos un dominio propio. El dominio daba nombre a la página donde estaban nuestros datos privados y públicos. Luego tuve muchos dominios, punto eu, de Europa, punto es, de España, punto cat, de Catalunuya, punto bcn, de Barcelona, y punto ex, de expulsado. Estas cosas pasaban cuando yo era joven y hacíamos manifestaciones en Internet pidiendo dominios y páginas web para los inmigrantes.

Los nombres de dominio se agotaron rápidamente y entonces se puso de moda utilizar frases enteras para dar nombre a un dominio. Paradelmundoqueyomeapeo.com lo registró una multinacional del automóvil y www.nonosrepresentan.com, otra multinacional, creo recordar que Ikea. El significado de las palabras fue robado o reinterpretado comercialmente; era la sociedad de la información, no la de la sabiduría. Se llegaron a crear países virtuales para poder utilizar su extensión. La extensión es lo que viene después del dominio, primero te extiendes y luego dominas, siempre es lo mismo, digital o no.  Había un domino con extensión punto tv, nadie en el tercio sabía quién era aquel  país era legendario que en Internte se registró… pero seguro que era muy, muy pobre. Los muy cabrones cuando hacían algo virtual lo hacían muy pobre, para que sea más real -decían.

Un buen día se fue la luz y la sociedad de la información desapareció, igual un día lo hicieron los dinosaurios dejando millones de fósiles sobre la tierra, Internet no dejó nada. Bien pensado dejó muchas cosas, gente muy informada que un día se quedó sin nada.

¿El tam-tam? Me enseñó mi amigo Felix que se crió en Guinea Ecuatorial. -Mira, no lo haces bien, dos tam-tam secos y uno con la punta de los dedos, ves tam-tam tt, tam-tam tt -me dice feliz, Felix. Hazlo así, hasta que veas venir a toda la tribu volver de caza. No obstante, a las diez paro de tocar para no molestar a los vecinos.


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