Eres responsable para siempre de lo que has domesticado.
Eres responsable de tu rosa…
-Soy responsable de mi rosa…
-repitió el principito, a fin de acordarse.
Antoine De Saint-Exupéry
(Fragmento de El Principito)
Y yo tendré mi rosa, hecha con amor, con todo el amor de este mundo.
Será solo mía, y obtendré de ella lo que sea capaz de cultivar.
Si le siembro bondad, mi rosa será sin dudas harto benévola; si encono su espíritu, no podré sino esperar el peor de los maleficios.
Si le exijo poco, solo pereza tendré en pocos años; si, por el contrario, le enseño a amar la grandeza de valerse por sí misma, siempre me necesitará, pero sabrá crecer sola en jardines y selvas.
Por cada caricia que prodigue a mi rosa, seguramente cosecharé tres o cuatro para mí; por cada regaño sentado en la razón, haré de sus pétalos los de una flor de bien, rozagante de bondad.
Es mi mayor tesoro, y a la vez mi mayor reto.
Dejo de ser yo para convertirme en la tierna y dedicada domesticadora de mi rosa; dejé ya de ser yo, y ahora cuido de su semilla, le doy calor, alimento, y rezo por su bienestar.
Es solo mía, nadie podrá amarla más que yo; y, quien quiera domesticarla, tendrá que crear, cultivar y cosechar su propia rosa.
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