Cuando me quedé embarazada sabía que iba a afrontar una etapa muy difícil en el puerperio con los exs. Me lo advirtieron claramente "no vas a poder soportar la misma carga emocional en el embarazo que en el puerperio".
Y efectivamente así fue. Si los bebés vienen a veces a encajar en la familia, si esta es reconstituida y tiene problemas con los exs, las tensiones son casi insoportable.
Siempre lo digo, la gente no imagina lo sucio que puede ser un divorcio y jamás imaginamos cómo de difíciles se pueden poner las cosas.
Hoy por fin me he dado cuenta que hemos terminado el puerperio, gracias a mi amiga y DOULA, Sole Guinea. Un puerperio difícil, en el que necesite terapia y que no me da vergüenza decir, porque las cosas se me pusieron muy complicadas.
De los puerperios y las crisis bien gestionadas se sale brillando. Y ahora mismo tengo esa misma sensación de tener la suerte de mi lado que nos acompañan los embarazos.
Seguramente no haya un único factor, sino muchos. Pero he logrado mantener unida la familia estos difíciles momentos. Y ahora parece que todo va genial
La relación con mi hijastra ha vuelto esa conexión olvidada, mi hijo refuerza su amor y personalidad y Matilde ya es una pieza fundamental en el engranaje.
Ahora quedan apretar las tuercas. Me siento capaz, entera y recién salida de la neblina del puerperio. Todo se ve más claro y mejor. ¡Y qué bien sienta!
Si a alguien le toca pasar un puerperio complicado, le recomiendo terapia, amor y entender el proceso.
Me siento a dos aguas aún, pero saliendo.
Ya casi dos años de Matilde en el mundo, increíble.